Durante la dilatada historia de la
Tierra, se han producido por lo menoscincuenta erupciones volcánicas masivas,
mucho más intensas y destructivas que las mayores que conocemos en la
actualidad."Supervolcanes" cuyas
explosiones fueron capaces, literalmente, de cambiar la faz del planeta y que
convierten a las del Pinatubo o el Santa Helena, en la imagen, en poco más que
inofensivas bengalas. Sin embargo, y a pesar de que los agoreros se multiplican
en internet anunciando lo peor, no existe prueba alguna de que una
erupción de este tipo vaya a producirse de forma inminente. Y desde luegono
en 2012.
Pero, ¿qué es lo que entendemos
exactamente por "supervolcán" o "supererupción"? Los
geólogos utilizan ambos términos para referirse aerupciones explosivas que
eyectan por lo menos diez mil veces más cantidad de magma de la que expulsó el
monte Santa Helena en 1980, en la que fue una de las erupciones más
masivas de los tiempos modernos.
Y aunque resulta difícil imaginar una erupción volcánica de
esa magnitud, las cicatrices que estos episodios dejaron sobre la superficie
terrestre no dejan lugar a dudas sobre su existencia. Enormes capas de antiguas
cenizas constituyen, por ejemplo, partes sustanciales de varios continentes. Y
gigantescas calderas (que pueden llegar a medir hasta cien km. de diámetro),
sirven de recordatorio permanente de pasadas supererupciones en Estados Unidos,
Chile o Indonesia...
El impacto de estos supervolcanes
prehistóricos afectó, en cada ocasión, a enormes áreas geográficas. El río de
lava del Monte Tuba, por ejemplo, que hizo erupción hace 74.000
años en Sumatra, llevó la increíble cantidad de 2.800 km cúbicos de lava y dejó una
capa de cenizas que prácticamente cubre todo el sur de Asia. Fue,
probablemente, la mayor erupción volcánica jamás ocurrida en la Tierra. Para
comparar, baste con citar, por ejemplo, que una de las mayores erupciones
registradas históricamente, la del monte Krakatoa en Indonesia, en 1883,
"sólo" dejó unos 12 km. cúbicos de magma...
Su
origen, una incógnita
Sin embargo, y aunque que su existencia
está bien demostrada, los vulcanólogos siguen teniendo muchas preguntas sin
responder sobre la naturaleza de los supervolcanes. Por ejemplo, no
saben qué fuerza interior de la Tierra es capaz de provocar tales erupciones,
ni tampoco por qué esos volcanes no entran en erupción antes de que sus cámaras
magmáticas adquieran esas proporciones tan gigantescas. La gran pregunta, sin
embargo, es la siguiente:¿Cómo podemos saber cuándo hará erupción el próximo
supervolcán? La respuesta es sencilla. No lo sabemos.
A pesar de ello, hay algo que los expertos tienen muy
claro. Las supererupciones, aunque ocurren, lo hacen muy de vez en cuando, y
las probabilidades de que un episodio de esta clase suceda durante la vida de
cualquiera que esté leyendo estas palabras son extraordinariamente pequeñas.
De hecho, la supererupción más
reciente de la que tenemos noticia se produjo en Nueva Zelanda hace unos 26.000
años. Y la anterior a esa fue la ya citada del Monte Toba, 50.000 años
antes. En total, los geólogos han identificado pruebas de unas 50
supererupciones, una cifra que podría incrementarse con nuevas investigaciones.
Cada
millón de años
Y aunque 50 puede parecer un número muy
elevado, lo cierto es que los cálculos indican que, como media, se han
producido en nuestro planeta 1,4 supererupciones por cada millón de
años. Lo cual, por supuesto, no significa que se produzcan a intervalos
regulares. Al contrario, puede haber periodos de muchos millones de años sin
que tenga lugar ninguna, y producirse varias en apenas unas decenas de miles de
años, lo cual, en términos geológicos, equivle a decir
"consecutivas".
Los registros geológicos, por último,
parecen sugerir que las supererupciones se producen en oleadas, aunque
éstas no son lo suficientemente regulares como para hacer predicciones fiables
sobre cúando sucederá la próxima.
En resumen, los científicos no tienen,
hoy por hoy, forma de predecir con certeza si habrá alguna supererupción
durante el próximo siglo, año o década. Pero sí que pueden decir, y de hecho
dicen, que no hay ni una sola pista que permita pensar que un episodio de este
tipo se encuentre en el horizonte. Y eso, por supuesto, incluye al año
2012.
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