Un equipo de astrónomos del Observatorio
Europeo Austral (ESO) ha descubierto que el asteroide Lutetia es un fragmento sobrante del
material original a partir del cual se formó la Tierra, Venus y Mercurio.
Combinando datos de la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), el
New Technology Telescope (NTT) de ESO y telescopios de la NASA, los científicos
han encontrado que las propiedades del asteroide se asemejan a las de un raro
tipo de meteoritos encontrados en nuestro planeta, lo que sugiere que la roca
se habría formado en una zona más interna del Sistema Solar. En algún momento,
Lutetia debió trasladarse a su actual ubicación, en elcinturón principal de asteroides situado
entre Marte y Júpiter.
Un equipo de astrónomos de universidades
de Francia y Norteamérica estudió en gran detalle y en un amplio rango de longitudes
de onda el inusual asteroide Lutetia, con el fin de deducir su composición.
Este espectro de Lutetia fue posteriormente comparado con el de meteoritos
encontrados en la Tierra, estudiados extensamente en laboratorio. Y resultó que
un tipo de meteoritos –los enstatita chondrites– poseen propiedades que
coinciden con Lutetia en toda la gama de colores.
Se sabe que los enstatitas chondrites
corresponden a material que data de los inicios del Sistema Solar. Este
material se habría formado cerca del joven Sol y habría jugado un rol
fundamental en la formación de los planetas rocosos, en particular de la
Tierra, Venus y Mercurio Al parecer, Lutetia no se originó en el cinturón principal
de asteroides, donde se encuentra ahora, sino mucho más cerca del Sol.
Alteración
de la órbita
“¿Pero cómo logró Lutetia escapar del
Sistema Solar interior y alcanzar el cinturón principal de asteroides?”, se
pregunta Pierre Vernazza, autor principal del artículo. Los astrónomos han
llegado a estimar que menos del 2% de los cuerpos situados en la región donde
se formó la Tierra terminó en el cinturón principal de asteroides. La mayoría
de los cuerpos del Sistema Solar interior desaparecieron después de unos pocos
millones de años, a medida que se fueron adhiriendo a los planetas jóvenes en
formación. Sin embargo, algunos de los más grandes, con diámetros de 100
kilómetros o más, fueron expulsados a órbitas más seguras, lejos del Sol.
Lutetia, que posee unos 100 kilómetros
de largo, pudo haber sido expulsado de las partes interiores del joven
Sistema Solar al pasar cerca de alguno de los planetas rocosos, sufriendo como
consecuencia una drástica alteración de su órbita. Un encuentro con el
joven Júpiter durante la migración a su órbita actual también podría explicar
el enorme cambio en la órbita de Lutetia.
“Creemos que Lutetia se vio afectada por
este tipo de eyección. Terminó como un intruso en el cinturón principal de
asteroides y se ha mantenido allí por cuatro millones de años”, continúa
Vernazza. Estudios anteriores de su color y las propiedades de su superficie
muestran que Lutetia es un inusual y misterioso miembro del cinturón principal
de asteroides. Los estudios previos han demostrado que los asteroides similares
son muy raros y representan menos del 1% de la población de asteroides del
cinturón principal. Los nuevos hallazgos explican por qué Lutetia es diferente: es
un pequeño superviviente del material original a partir del cual se formaron
los planetas rocosos.
“Lutetia parece ser el más grande y uno
de los pocos restos de ese material original en el cinturón principal de
asteroides. Por esta razón, los asteroides como Lutetia representan objetivos
ideales para las futuras misiones de retorno con muestras. Entonces podremos
estudiar en detalle el origen de los planetas rocosos, incluyendo nuestra
Tierra”, concluye Vernazza.
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