Mal comienzo para los tres nuevos
inquilinos de la Estación Espacial Internacional, que sólo llevan a bordo desde
el pasado 16 de noviembre. De hecho, la flamante tripulación podría verse
obligada esta misma mañana a refugiarse en el "bote salvavidas" de la
ISS ante laposibilidad de colisión con un fragmento de basura espacial,
en concreto, una pieza de un viejo satélite meteorológico chino que
fue destruido en 2007. Sería la segunda vez en once años que se lleva a
cabo esta maniobra.
Hace apenas unas horas, el control de
misión en el Centro espacial Johnson informó al comandante de la estación, el
norteamericano Dan Burbank, y a los ingenieros de vuelo rusos Anton Shkaplerov
y Anatoly Ivanishin, de que una pieza metálica, parte de un viejo
satélite chino, pasaría hoy demasiado cerca de la estación como para
ser ignorada. Se considera como "zona de seguridad" de la estación un
perímetro imaginario a su alrededor que se extiende 750 metros por encima y por
debajo de la ISS y 25 km. a ambos lados del complejo orbital.
El objeto, de unos diez cm. de diámetro,
estará a unos 850 metros de la estación a lo largo de esta misma mañana, según
los últimos cálculos de su órbita. "El seguimiento muestra que el
fragmento se dirige hacia la zona de peligro", afirmaba anoche un
portavoz de la NASA. El control de misión decidirá "sobre la marcha"
si es o no necesario que los miembros de la tripulación se refugien en el
módulo de rescate, una nave rusa Soyuz que permanece siempre atracada a la
estación por si se hace necesaria una evacuación de emergencia.
Atravesar
los escudos protectores
A lo largo de la mañana se tendrán datos más fiables sobre
la peligrosidad de la situación. "Debemos esperar a que el objeto esté un
poco más cerca y ver cómo evoluciona", asegura el portavoz de la agencia
espacial norteamericana. La última vez que fue necesario refugiarse en el
módulo de rescate fue el pasado 28 de junio, ante la proximidad de un gran
fragmento de basura espacial de 260 metros de diámetro.
Miles de fragmentos de todos los tamaños
(desde fases enteras de cohetes a simples tornillos) forman un gran
anillo de basura espacial que pone en serio riesgo a los
astronautas que están en órbita. Se producen, como media, tres
aproximaciones al mes de alguno de estos fragmentos a la ISS. Sin embargo, sólo
las piezas de más de un cm. de diámetro tienen el potencial para penetrar a
través de los escudos protectores de la Estación Espacial Internacional y
causarle algún daño.
Y es que, a pesar de su reducido tamaño, el
impacto de uno de estos fragmentos, que se desplazan a cerca de 28.000 km/h,
puede resultar catastrófico.
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