
A pesar de tratarse de un metal, se recupera completamente tras la compresión y tiene una extraordinaria capacidad de absorber energía. “En la actualidad los materiales resultan mucho más fuertes si los creamos en las dimensiones de lananoescala”, explica Lorenzo Valdevit, principal autor del trabajo que publica la revista Science.
“Ocurre lo mismo que con edificios modernos como la Torre Eiffel o el Puente Golden Gate, que son ligeros y eficientes gracias a su arquitectura: nosotros revolucionamos los materiales ligeros trasladando este concepto a la microescala y la nanoescala”, puntualiza William Carter, coautor del estudio.
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