(NCYT) Ahora está ampliamente aceptada la idea de que los humanos anatómicamente modernos, de la especie Homo sapiens, se originaron en África, y con el tiempo se extendieron a todo el mundo. Por otra parte, el ADN antiguo recuperado de huesos fósiles de neandertales indica que el Homo sapiens no se mantuvo genéticamente aislado del Neandertal, sino que individuos de uno tuvieron descendencia conjunta con individuos del otro, cuando el Homo sapiens abandonó su cuna evolutiva y se estableció en zonas de climas más fríos en Eurasia. Sin embargo, no estaba claro, hasta ahora, si hubo intercambio de material genético con otras variedades, ahora extintas, de homínidos arcaicos en África.
Un equipo dirigido por Michael Hammer, de la Universidad de Arizona, ha
proporcionado pruebas de que los humanos anatómicamente modernos no eran
tan diferentes de las demás variedades como para que fuese imposible
que procreasen con individuos de esas otras variedades y tuvieran
descendencia híbrida conjunta.
Hammer y sus colaboradores han encontrado evidencias de hibridación entre los humanos modernos y los de variedades arcaicas en África. Parece que nuestro linaje no se basó en el aislamiento genético frente a otras variedades humanas, sino que siempre intercambió genes con sus vecinos evolutivos divergentes.
También han comprobado que las poblaciones africanas contemporáneas contienen una pequeña proporción de material genético aportado por una población arcaica que se separó de los ancestros de los humanos anatómicamente modernos hace alrededor de 700.000 años.
Mezcla de genes de los Homo sapiens
Los avances recientes en biología molecular han permitido la extracción del ADN de fósiles y su comparación con el de individuos actuales análogos.
Según Hammer, los primeros signos de rasgos anatómicamente modernos aparecieron hace unos 200.000 años. Se cree que las variedades no modernas de Homo surgieron alrededor de 300.000 años antes y sobrevivieron hasta fechas tan recientes como hace 30.000 años o incluso más tarde.
Los seres humanos anatómicamente modernos no eran tan exclusivos como para mantenerse genéticamente aislados. Ahora parece evidente que siempre intercambiaron genes con sus diversos primos evolutivos. Es una situación bastante común para muchos animales en la naturaleza. Por lo visto, también lo fue para nuestra especie.
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