domingo, 13 de noviembre de 2011


En teoría se podrían encontrar otras civilizaciones extraterrestres buscando la luz artificial que podría emitir durante la noche.

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No es ningún secreto que el proyecto SETI y otros similares que se dedican a la búsqueda de señales de radio o láser procedentes de hipotéticas civilizaciones extraterrestres han fracasado hasta el momento. 
Esos alienígenas avanzados avanzados deben emitir en nuestra dirección y nosotros escuchar justo en el momento adecuado para poder tener éxito en este tipo empresa. La tarea es muy difícil, incluso si tales civilizaciones realmente existen y quieran comunicarse con los demás. Por eso se están proponiendo otros sistemas para encontrar esas posibles civilizaciones. Es una tarea con muy pocas posibilidades de éxito, pero, indudablemente, la detección de una de estas civilizaciones supondría un cambio en la percepción de nuestro lugar en el Universo. Algo que filosóficamente tendría un impacto tremendo.

La última propuesta al respecto parte de Avi Loeb, del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, y Edwin Turner, de Princeton University. Estos investigadores proponen que se busque la luz emitida por las ciudades de esas posibles civilizaciones técnicas avanzadas. Esta propuesta, al igual que el proyecto SETI, parte de la idea de que en esos planetas se usaría una tecnología muy similar a la terrestre. Así que tendrían iluminación artificial que usarían durante las horas de oscuridad y parte de esa luz escaparía al espacio exterior. Según nuestra tecnología ha ido avanzando, hemos ido cambiando la tecnología de emisiones de TV hacia el cable o la fibra óptica y hemos sido menos detectables por unos supuestos alienígenas, pero por otro lado hemos ido llenado el planeta de más y más luces. Es posible que a otras civilizaciones les haya pasado algo parecido.
El problema, obviamente, es distinguir esta luz artificial de la inmensa luz de la estrella a la que orbite el planeta o la que refleja el propio planeta. Loeb y Turnes sugieren que se mire a los posibles cambios de la luz recibida de esos exoplanetas (que todavía no podemos ver de ninguna manera) según se muevan alrededor de su estrella.
Según orbiten a su alrededor, y bajo nuestro punto de vista, el planeta presentará fases similares a las de la Luna (o a las de Venus y Mercurio). Pero habrá más luz artificial en la parte oscura si hay civilizaciones avanzadas en él, así que, en teoría, se podría inferir la emisión de esa luz porque el patrón sería distinto al de un planeta sin ciudades, ya que la variación del flujo total de luz es distinta. Además la luz artificial basada en la incandescencia, fluorescencia o LED tiene propiedades espectrales distintas a las de una estrella.
Lo malo es que la cantidad de luz artificial nocturna tiene que ser comparable a la que se emita reflejada durante el día.
Para esto se necesitaría una generación de telescopios que no tenemos aún, pero la técnica ya se podría poner a prueba o calibrar con objetos dentro de nuestro sistema solar. Los mejores telescopios del momento podrían detectar la luz emitida por una ciudad como Tokio si ésta estuviera a 50 UA, en objetos del cinturón de Kuiper, como Plutón o Eris. Una vez perfeccionada esta técnica se podría aplicar a posibles exoplanetas de tipo rocosos en otros sistemas solares.
Estos investigadores también proponen la descabellada posibilidad de que alguna civilización se hubiera asentado en el cinturón de Kuiper y usara iluminación artificial. Si tal civilización existiera (una posibilidad remotísima) ya la podríamos detectar.
A estas alturas la empresa de buscar otras civilizaciones necesita desesperadamente de nuevas ideas. En NeoFronteras vimos hace poco algunas de ellas proporcionadas por Paul Davis. Esta propuesta es una más, pero con pocos visos de poderse realizar.
Por otro lado, no deja de ser absurdo que una hipotética civilización “avanzada” desperdicie energía arrojándola al espacio como hacemos nosotros. Una costumbre que, por cierto, está acabando con la posibilidad de ver las estrellas (o de hacer astronomía) en muchos sitios de la Tierra. Debido a esta contaminación lumínica muchos niños ya no conocen la Vía Láctea.

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