domingo, 13 de noviembre de 2011

El refuerzo rutinario con hierro de la fórmula para bebés está asociada con un desarrollo deficiente.




Un estudio de largo plazo que examinó y comparó la fórmula para bebés fortificada con hierro y la fórmula con bajo contenido de hierro indica que los infantes con elevados niveles de hemoglobina que recibieron la primera tienen un desarrollo deficiente a largo plazo.

El estudio se publicó en Internet antes de la publicación impresa en la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

“La elevada prevalencia de la deficiencia de hierro en la infancia ha llevado a la fortificación rutinaria con hierro de la fórmula y los alimentos para bebés en muchos países”, dijo Betsy Lozof, pediatra de conducta en el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan y profesora investigadora en el Centro para Crecimiento y Desarrollo Humano de la Universidad de Michigan.

“Estas intervenciones ayudan a reducir la deficiencia de hierro con anemia y la deficiencia de hierro sin anemia. Sin embargo está en discusión el volumen óptimo de hierro en tales productos, en especial la fórmula para infantes”, añadió.

La deficiencia de hierro con anemia afecta a aproximadamente el 25 por ciento de los bebés del mundo. Algunos tienen deficiencia de hierro con anemia en la cual una carencia de hierro causa problemas con la hemoglobina, el compuesto que las células rojas de la sangre usan para transportar oxígeno en el torrente sanguíneo.

Lozof ha conducido una investigación premiada sobre el desarrollo funcional y las deficiencias de hierro por más de veinticinco años en India, Costa Rica y Chile. La deficiencia de hierro es la deficiencia más común de un solo elemento nutritivo.

El estudio más reciente proporciona una actualización de la información de 835 infantes a término pleno, sanos, que vivían en áreas urbanas en los alrededores de Santiago, Chile. Cuando tenían seis meses de edad se les asignó, para recibir al azar, fórmula con o sin hierro.

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La evaluación a los diez años realizada en el estudio de la UM incluyó a 473 niños y los investigadores midieron el cociente intelectual, la memoria espacial, el logro aritmético, la integración visual motriz, la percepción visual y el funcionamiento motriz.

Comparado con el grupo que recibió fórmula de bajo contenido de hierro, el grupo que recibió fórmula fortificada con hierro tuvo puntajes más bajos en cada 


resultado medido a los diez años.

De los siete exámenes administrados en el seguimiento a los diez años dos (la memoria espacial y la integración visual motriz) mostraron puntajes más bajos, estadísticamente significativos en el grupo que había recibido fórmula fortificada con hierro comparado con el grupo que había tenido fórmula con bajo contenido de hierro; y cuatro de los exámenes (cociente intelectual, percepción visual, coordinación motriz y logro aritmético) mostraron tendencias sugestivas que no alcanzaron significado estadístico.

No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el status de hierro a los diez años y sólo uno de los niños tenía deficiencia de hierro con anemia. Menos del 10 por ciento de los infantes en el grupo que recibió fórmula fortificada con hierro cumplía los criterios para el diagnóstico de deficiencia de hierro.

Las autoras también encontraron que los niños que a los seis meses de edad tenían los niveles más altos de hemoglobina tuvieron los puntajes más bajos a los diez años si habían recibido fórmula fortificada con hierro, pero aquellos con los niveles más bajos de hemoglobina a los seis meses de edad tenían los puntajes más altos.

“En conclusión este estudio indica un resultado deficiente en el desarrollo a largo plazo de los infantes con concentraciones elevadas de hemoglobina que recibieron fórmula fortificada con hierro a los niveles que se usan actualmente en Estados Unidos”, escribieron las autoras. “Los volúmenes óptimos de hierro en la fórmula infantil merecen más estudio”.

En un editorial que acompaña al artículo, Parul Christian, de la Escuela John Hopkins Bloomberg de Salud Pública, en Baltimore, escribe que la importancia del estudio “radica en su evaluación de los resultados del desarrollo a largo plazo de una intervención con hierro en la infancia temprana”.

Christian señaló, sin embargo, que “es necesaria la cautela en la generalización de los resultados del estudio de seguimiento realizado por Lozoff y sus colaboradoras, que en este momento es el único que muestra pequeñas consecuencias negativas sobre los resultados de desarrollo entre los niños con deficiencia de hierro expuestos a la fórmula fortificada con hierro y comparados con los niños que en la infancia recibieron fórmula con bajo contenido de hierro”.

“Es necesaria la investigación con estudios rigurosos de duración corta y larga para determinar si la deficiencia de hierro en la infancia, que se manifiesta principalmente debido a la deficiencia in utero, puede contrarrestarse con el suplemento durante la infancia, con la fórmula fortificada con hierro, para mejorar el desarrollo y la función del sistema nervioso central”, añadió.
Autoras adicionales: Katy M. Clark, del Centro para Crecimiento y Desarrollo Humano de la UM; Marcela Castillo, del Instituto de Nutrición y Tecnología Alimenticia de la Universidad de Chile, JP Alessandri, Chile; Julia B. Smith, de la Universidad Oakland, Rochester, Michigan.  (Fuente: U. Michigan)


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