Una de las paradojas de la biología es que solo el 3% del genoma humano consiste en genes que contienen la información que ejecutan todas las tareas vitales. Los genetistas ya saben como alterar o corregir esos genes,pero hasta ahora no tenían herramientas para manipular con precisión el 97% del ADN restante y eso es importante,porque ahí se localizan los interruptores que les dicen donde y cuando deben activarse o callarse. Científicos de la universidad de Duke (Carolina de Norte) acaban de inventar esa herramienta.
Han identificado en la última década millones de marcas epignéticas que regulan la actividad de los genes en los distintos tipos de células y que suelen estar perdidos en medio de los vastos desiertos del ADN que constituyen el 97% del genoma humano. Curiosamente,la mayoría de las alteraciones genéticas que se han podido asociar a enfermedades coinciden con algunas de esas marcas epignéticas. De ahí que sea esencial aprender a corregirlas.
El término epignética se refiere a las modificaciones que no afectan a la secuencia del ADN, estas modificaciones son heredables a lo largo de las divisiones celulares, y fundametalmente para mantener activados o reprimidos los genes en según que grupo de células. Este es el abc del desarrollo humano,puesto que todas las células del cuerpo tienen los mismos genes.
Para alterar la voluntad a esos reguladores genéticos y controlar con precisión el cuando y donde de la actividad de los genes, en la universidad de Duke,se han aprovechado de una técnica extraordinariamente simple,barata y eficaz llamada crispr,consiste en encontrar una secuencia del ADN en el pajar del genoma,la corta y sustituye por otra.
Esta nueva técnica está revolucionando las investigaciones que buscan corregir los genes erróneos o que aumentan la propensión de enfermedades. Es solo una técnica,pero de las que abren un horizonte nuevo.
http://elpais.com/elpais/2015/04/06/ciencia/1428331034_205363.html
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