El Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica ha premiado a las desarrolladoras de una técnica que permite alterar el genoma de forma barata y eficaz.
El premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica se concedió ayer a dos investigadoras que han puesto a punto una técnica capaz de revolucionar la Biología y la Biomedicina en cuestión de pocos años. Y es que las premiadas, la bioquímica francesa Emmanuelle Charpentier y la bióloga molecular estadounidense Jennifer Doudna, publicaron en 2012 un artículo en la revista «Science» en el que sentaban las bases de una metodología de editado de ADN que permite modificar el genoma de casi cualquier organismo de una forma sencilla, barata y precisa. La técnica se llama CRISPR-Cas.
En los tres años que han transcurrido desde entonces, las investigaciones en la materia se han multiplicado hasta el punto de que las opciones parecen estar limitadas solo por la imaginación: «Como revolución, creo que no ha habido otra parecida. Ya había herramientas para hacer cosas similares, pero la diferencia fundamental es que este sistema es barato, fácil de usar y extremadamente eficaz. Tanto que da miedo», ha explicado a ABC Francisco Juan Martínez Mójica, microbiólogo en la Universidad de Alicante e investigador fundamental en el descubrimiento de CRISPR-Cas. «Las posibilidades que ofrece son bestiales. Se puede modificar casi cualquier genoma como tú quieras».
En este sentido, una revisión publicada en la revista «Nature» en enero de 2014 ya recogía algunas de las posibles aplicaciones. Estas van desde la identificación de la función de cualquier gen, a la modificación de organismos de interés agrícola y ganadero o incluso a la corrección de genes para evitar enfermedades hereditarias (lo que se conoce como terapia génica), para acabar en el futuro con las enfermedades raras o el cáncer.
Corregir genes como si fueran palabras
Tal como explica Lluís Montoliu, investigador en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, y que ha estado trabajando en la nueva técnica casi desde su publicación, CRISPR-Cas, que en origen formaba parte del «sistema inmune» de las bacterias, «funciona igual que en un procesador de texto en el que se coloca el cursor sobre las palabras para corregirlas». Pero en vez de píxeles y frases, el sistema cuenta con una secuencia guía capaz de reconocer a genes concretos y con unas proteínas que cortan el ADN donde les marca este «lazarillo». El resultado es que el sistema CRISPR-Cas modifica las «palabras» que los investigadores le marquen.
http://www.abc.es/ciencia/20150529/abci-edicion-genoma-crspr-201505282150.html
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