Científicos chinos han creado vacas transgénicas resistentes a la tuberculosis bovina, una importante enfermedad del ganado vacuno que también afecta a la fauna salvaje y a las personas. La infección, presente en todo el mundo, pero sobre todo en África, Asia y América, causa la muerte a la larga y es similar a la tuberculosis humana.
Los investigadores, pertenecientes al Ministerio de Agricultura del país asiático, han introducido un gen de ratón a las vacas mediante una nueva técnica de modificación del genoma conocida como TALEN. El gen insertado “redujo significativamente la patología asociada” a la infección en las vacas transgénicas, de la raza frisona, la más común en las granjas lecheras. La modificación genética protectora, además, se heredó de padres a hijos.
Los resultados “proporcionan un nuevo enfoque para la cría de animales resistentes a enfermedades”, sostienen los autores en su estudio, que se publica hoy en la revista científica estadounidensePNAS. La ganadería va en este aspecto muchos años por detrás de la agricultura, que ya dispone de varias especies vegetales modificadas genéticamente para resistir a enfermedades. En España, casi un tercio del maíz que se siembra es transgénico.
La veterinaria Lucía de Juan, directora del Laboratorio Europeo de Referencia para la Tuberculosis Bovina, en Madrid, aplaude el nuevo avance, aunque es cauta con los resultados. Los investigadores chinos crearon 23 terneros, de los cuales 13 sobrevivieron más de seis meses. Estos 13 animales fueron sometidos a diferentes experimentos para estudiar su resistencia a la tuberculosis.
En una de las pruebas, se compararon tres terneros transgénicos frente a tres normales. Todos ellos habían sido infectados con bajas dosis de la bacteria que provoca la enfermedad, la Mycobacterium bovis. Una de las vacas transgénicas no mostró ninguna de las lesiones típicas de la tuberculosis. Las otras dos recibieron 6,5 puntos en un examen de sus lesiones en pulmones y ganglios linfáticos, frente a una media de 32 puntos de los animales no transgénicos.
“Es una línea de investigación interesante, pero todavía está en una fase muy inicial. Lo ideal sería la resistencia absoluta, aunque con los resultados conseguidos habría menos animales afectados y se utilizarían menos medicamentos, con lo cual aparecerían menos resistencias a los antibióticos”, opina De Juan. La generación de bacterias superresistentes a los antibióticos es una de las grandes preocupaciones de la comunidad científica internacional.
En Europa, la tuberculosis bovina afecta a países como España, Reino Unido, Italia y Portugal. En España, todos los terneros mayores de 45 días deben ser sometidos a pruebas de diagnóstico. Los que tienen la enfermedad se sacrifican directamente, ya que el tratamiento es caro y largo. Estos programas para erradicar la tuberculosis bovina de la UE cuestan cada año entre 80 y 100 millones de euros, según Lucas Domínguez, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid.
Además, la enfermedad salta en ocasiones a los humanos. La Organización Mundial de Sanidad Animal calcula que en algunos países pobres hasta un 10% de los casos de tuberculosis humana son debidos a la tuberculosis bovina. En los países industrializados, la tuberculosis era una de las principales causas de muerte hasta el siglo XIX, cuando se generalizó la pasteurización de la leche y se observó que calentarla eliminaba los microbios. En España, se detectaron solo 15 de estos casos humanos en 2012.
Las nuevas terneras transgénicas chinas no son las primeras vacas modificadas genéticamente para resistir a enfermedades, pero sí las primeras en las que se ha empleado la sofisticada técnica TALEN, una especie de tijeras microscópicas para ejecutar cambios específicos en el genoma.
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