La Comisión Europea ha rechazado la iniciativa ciudadana Stop Vivisection, que pedía el fin de la experimentación científica con animales. Gracias a avances tecnológicos, Europa está reduciendo el número de ensayos con animales. No obstante, ahora sería prematuro prohibir completamente la investigación con animales en la UE.
La respuesta oficial va acorde con el posicionamiento de las principales sociedades científicas europeas, que insisten en que es imposible renunciar por completo a la experimentación animal, a pesar de ser principalmente el desarrollo de prácticamente todos los tratamientos contra enfermedades humanas y animales.
El objetivo final es eliminar los ensayos con animales. En respuesta a la iniciativa ciudadana, la Comisión Europea va a adoptar una serie de métodos alternativos.
La iniciativa ciudadana quería derogar, tiene por objeto “aumentar el bienestar de los animales cuyo uso es necesario para la investigación científica”. Para esto, en los laboratorios europeos se aplica el principio de las 3 R: reemplazar por cultivos celulares o simulaciones informáticas el uso de animales cuando es posible, reducir el número de animales y refinar los métodos empleados para mejorar el bienestar animal. Gracias a esta estrategia, se ha reducido el uso de animales.
La institución europea cree que la prohibición de la investigación con animales en la UE quizás provocaría una exportación de la investigación y la experimentación biomédica fuera de la UE, a países donde las condiciones sean peores.
La iniciativa Stop Vivisection se presentó a la Comisión Europea el 3 de marzo de 2015, con el apoyo de organizaciones de defensa de los animales.
En febrero, la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) publicó un documento oficial en el que defendía que “el uso de animales en la investigación es vital para el avance de la medicina”. El informe consideraba que el número de animales utilizados en los laboratorios es “relativamente pequeño”, esto se relacionó con la cantidad de comida consumida por lo sestadounidenses.
Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias de Alicante y coordinador del documento de la Cosce, defendía que trabajar con una línea celular [células cultivadas en el laboratorio] es más fácil y más barato que emplear un animal, pero muchas veces es imposible porque se aleja de la realidad. Yo soy neurocientífico y una línea celular no es un cerebro", aclaraba.
Fuente de información: http://elpais.com/elpais/2015/06/03/ciencia/1433332057_271437.html
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