Tres bebés con una enfermedad respiratoria incurable han salvado sus vidas gracias a unimplante fabricado con una impresora 3D ideado por el equipo médico del Hospital Infantil CS Mott de la Universidad de Michigan (EE.UU.)
Los niños, con edades comprendidas entre los seis y los dieciocho meses, sufrían traqueobroncomalacia, una enfermedad muy rara que sólo afecta aproximadamente a uno de cada 2.000 niños en todo el mundo.
Kaiba, Garret e Ian apenas juntaban dos años entre los tres cuando una impresora les salvó la vida. Los pequeños nacieron con una rara y grave anomalía en las vías respiratorias. Para sacarlos adelante, tuvieron que abrirles la tráquea y meterles un tubo por el que podían respirar gracias a un ventilador mecánico. Sus pocos meses de vida los pasaban en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Tres años después, los niños ya están en casa. Todo gracias a una férula impresa que creció con ellos hasta que sus diminutos bronquios fueron lo bastante fuertes como para que el implante se disolviera por si solo.
La cura para estos niños fue: un implante que permita mantener las vías respiratorias abiertas. Para fabricar la férula, en primer lugar se realizó una tomografía digital del cuello de los bebés para construir un modelo de las vías respiratorias colapsadas.
A continuación, se trasladó el modelo a un software de diseño 3D para bocetar las características del implante. El último paso consistió en fabricar el dispositivo, utilizando para ello una impresora 3D láser que usó un material plástico biodegradable que el cuerpo absorberá pasados los tres años.
El implante está diseñado para crecer y expandirse a medida que los niños van creciendo, por lo que se trata de un dispositivo impreso 4D, considerando la capacidad de expandirse como una dimensión adicional.
Fuentes: 1, 2
Kaiba, Garret e Ian apenas juntaban dos años entre los tres cuando una impresora les salvó la vida. Los pequeños nacieron con una rara y grave anomalía en las vías respiratorias. Para sacarlos adelante, tuvieron que abrirles la tráquea y meterles un tubo por el que podían respirar gracias a un ventilador mecánico. Sus pocos meses de vida los pasaban en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Tres años después, los niños ya están en casa. Todo gracias a una férula impresa que creció con ellos hasta que sus diminutos bronquios fueron lo bastante fuertes como para que el implante se disolviera por si solo.
La cura para estos niños fue: un implante que permita mantener las vías respiratorias abiertas. Para fabricar la férula, en primer lugar se realizó una tomografía digital del cuello de los bebés para construir un modelo de las vías respiratorias colapsadas.
A continuación, se trasladó el modelo a un software de diseño 3D para bocetar las características del implante. El último paso consistió en fabricar el dispositivo, utilizando para ello una impresora 3D láser que usó un material plástico biodegradable que el cuerpo absorberá pasados los tres años.
El implante está diseñado para crecer y expandirse a medida que los niños van creciendo, por lo que se trata de un dispositivo impreso 4D, considerando la capacidad de expandirse como una dimensión adicional.
Fuentes: 1, 2
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