Philae anunciaba así ayer, vía Twitter, que tal y como apuntaban los pronósticos de los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA),sus baterías estaban dando ya sus últimos coletazos.
Tras siete horas de descenso y después de 10 años de viaje a bordo de la nave Rosetta, el módulo Philae se convertía el pasado miércoles en el primer artefacto humano que conseguía posarse sobre un cometa. Europa hacía historia y conseguía así un éxito sin precedentes.
Sin embargo, no todo salió tal y como estaba previsto en la que ya se ha convertido en la misión más emblemática de la ESA, ya que unfallo en los arpones hizo que Philae aterrizase en un punto distinto al inicialmente previsto, con mucha menos luz, por lo que no ha podido cargar sus baterías.
De haber aterrizado en Agilkia, el punto que los científicos habían indicado como idóneo, Philae habría recibido siete horas de luz solar, frente a la insuficiente hora y media que le llegaba en el lugar donde finalmente se posó.
Con la esperanza de que pudiera recibir más luz y cargar así sus exhaustas baterías, la agencia realizó la pasada noche unamaniobra de «elevación y giro» de su tren de aterrizaje para conseguir que el módulo pudiera acceder mejor a los rayos solares. «¡Parece un cometa totalmente distinto desde este ángulo!», tuiteaba ayer Philae tras haber rotado con éxito 35 grados.
Una vez realizada esta operación, y antes de que entrase finalmente en estado de hibernación a la 1.36 horas, Philae consiguió otro de sus objetivos: activar el resto de sus instrumentos y enviar valiosos datos que serán analizados por expertos de la ESA.
El robot logró poner en marcha su espectómetro químico y taladrar la superficie del cometa. De esta forma, se podrán determinar aspectos como la densidad del cometa, su temperatura o la composición del suelo.
«Esta máquina trabaja magníficamente en condiciones difíciles y podemos estar plenamente orgullosos del éxito científico increíble que Philae ha representado», declaraba anoche desde la sala de control de operaciones de la ESA en Darmastadt (Alemania) Stephan Ulamec, responsable del aterrizaje.
Porque a pesar de este «apagón», la misión no acaba aquí, ya que el aterrizaje de Philae era solo una parte de este gran proyecto. La sonda Rosetta seguirá al cometa en su viaje hacia el Sol y observará cómo reacciona ante el calor.
En el trayecto, Philae continuará en «modo reposo» sobre el cometa 67P/Churyumov Gerasimenko. No obstante, y aunque esta posibilidad no se puede asegurar, no se descarta al 100% que Philae vuelva a despertar, ya que aún existe la esperanza de que sus baterías puedan cargarse a medida que el cometa vaya recibiendo más luz en su avance hacia el Sol.
«Has hecho un gran trabajo Philae, has conseguido algo que ninguna nave espacial había hecho antes». Así se despedía anoche -también vía Twitter- la misión Rosetta de este robot que ha hecho historia, minutos antes de que agotara su energía.
A partir de ahora, Rosetta continuará su misión -que está programada hasta diciembre de 2015 y ha costado 1.300 millones de euros- de averiguar más sobre la formación del Sistema Solar hace 4.600 millones de años.
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