domingo, 6 de noviembre de 2011

LA VERDADERA EDAD DE LAS ESTRELLAS

Para las estrellas de cine, su edad es un secreto bien guardado. En el espacio, las verdaderas estrellas parecen no envejecer nunca, como un Dorian Gray cósmico. ¿Cómo saber su edad?



La rotación de una estrella se enlentece con el tiempo, como una peonza en una mesa, y puede ser usado como un reloj para determinar su edad", señala el astrónomo Soren Meibom del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica (CfA).

Conocer la edad de una estrella es importante para muchos estudios astronómicos y, en particular, para la búsqueda de planetas. Con la cosecha reciente de exoplanetas de la misión Kepler, los astrónomos han encontrado casi dos mil planetas orbitando otras estrellas.
"Finalmente necesitamos conocer las edades de las estrellas y sus planetas para determinar si podría haber evolucionado vida en esos mundos distantes. Cuando más viejo el planeta, más tiempo habría tenido la vida en haber empezado. Y estrellas y planetas se forman juntos, si conocemos la edad de las estrellas, sabremos la de los planetas también", explica el investigador.

Conocer la edad de las estrellas es sencillo cuando yacen en un cúmulo de cientos de astros formados al mismo tiempo. Los astrónomos saben desde hace décadas que si grafican los colores y brillos de las estrellas en un cúmulo (el famoso diagrama H-R), el patrón que ven puede ser usado para saber la edad del agrupamiento. Pero sólo funciona para cúmulos.

Usando las capacidades del telescopio espacial Kepler, Meibom y sus colaboradores midieron la tasa de rotación de las integrantes de un cúmulo abierto llamado NGC 6811 a unos 3.000 años luz de distancia, en la constelación Cygnus (el cisne), con unas 70 estrellas miembros cuya edad promedio se estima entre 700 y 1.000 millones de años.
Si la relación entre la rotación estelar y la edad puede ser establecida al estudiar cúmulos estelares, luego al medir el período de rotación de cualquier estrella podrá ser usado para derivar su edad, en una técnica conocida como girocronología. Para que funcione, los astrónomos primero deben calibrar este nuevo "reloj".

La idea no es demasiado nueva. Ya en la década de 1970 se sugirió algo similar sobre la relación entre la rotación y las edades de las estrellas. Más recientemente, Sydney Barnes, del Observatorio Lowell, realizó un trabajo en 2007 que repasa los métodos conocidos para conocer su viabilidad y desarrollarlos mejor.

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