Las infecciones respiratorias que afectan a la tráquea, los bronquios y los pulmones (el tracto respiratorio inferior) son las patologías contagiosas que causan más muertes en el mundo, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Sólo las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica causan más decesos a nivel global.
Las infecciones respiratorias más comunes son la bronquitis y la neumonía, aunque las muertes ocasionadas por la gripe también entran en esta categoría. En la mayoría de ocasiones los pacientes se curan gracias a un tratamiento con antibióticos, pero su altísima prevalencia hace que, en números absolutos, la mortalidad sea muy alta. En España, sin ir más lejos, este tipo de infecciones suponen, según la Organización Médica Colegial, entre el 14 y el 22% de las consultas de Atención Primaria.
Las infecciones respiratorias bajas siempre presentar ser un problema mayor en comparación a las infecciones respiratorias altas debido a su gran frecuencia e impacto.
Las infecciones respiratorias bajas en niños menos de 5 años de edad se presentan con signos clínicos generales y respiratorios.
Las vías respiratorias bajas comprenden la laringe (cuerdas vocales donde se emite la voz) y la tráquea, o sea el tubo grueso que continúa la laringe hacia abajo y que luego se bifurca en dos gruesos bronquios, uno para cada pulmón, dentro del cual se ramifican en millares de pequeños bronquios y bronquiolos diminutos, que desembocan en los alvéolos, especie de saquitos que constituyen el pulmón propiamente dicho y donde la sangre que viene del corazón toma el oxígeno del aire y expele el gas carbónico. Cuando una infección ataca las vías respiratorias bajas, según el sitio, se habla de laringitis (llamada también "croup"), traqueitis, bronquitis, bronquiolitis, alveolitis o neumonitis (que es lo mismo que neumonía) y de combinaciones de éstas como son: laringotraqueobronquitis, bronconeumonía, etc.
Se puede pensar que está afectado el aparato respiratorio alto cuando el niño tiene fiebre (infección, lo más probable) y además hay estornudos, catarro, picazón y obstrucción nasal (rinitis), dolor de garganta espontáneo y al tragar (laringitis y amigdalitis), dolor de oído y secreción por la oreja (otitis media), dolor de la cara o la cabeza o párpados abotagados (sinusitis). La otitis y la sinusitis se consideran como complicaciones de las rinitis y laringitis.
Cuando aparece tos de perro, ronquera de la voz y un ruido (estridor) al entrar el aire, se puede suponer que está afectada laringe (cuerdas vocales) o sea, que hay laringitis (croup); cuando es seca, de tono ronco, probablemente está afectada la tráquea; cuando húmeda, como moviendo flemas, habrá bronquitis, cuando hay de pecho y la tos es oprimida, se puede suponer que existe obstrucción bronquial como sucede con el asma; cuando hay dificultad para inhalar manifestada por respiración rápida, ensanchamiento de las narices a cada inspiración (aleteo nasal) y hundimiento de los espacios entre las costillas o debajo de ellas, se supone que está afectado el pulmón mismo (neumonía).
Cuando se dificulta botar el aire y el tórax parece inflado, quizás se trate de una Bronquiolitis, que es propia de niños menores de un año, o bien crisis de asma.
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