Un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha muestra
que los niños obesos no ingieren más calorías, sino que son más sedentarios y
es ahí donde radica el origen del sobrepeso. La frecuencia de la obesidad ha
caído del 35% al 21%, sin embargo, el bajo peso ha crecido del 9,7% en niños
nacidos en el 2000 al 20% en niños nacidos en 2007.
La ingesta de alimentos tiene menos importancia como origen
de la obesidad infantil en niños españoles que el exceso de sedentarismo, según
se desprende de un estudio presentado este miércoles, llevado a cabo por el
Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha, que
ha monitorizado la evolución de los factores de riesgo cardiovascular en
escolares durante más de dos décadas
El estudio, que ha sido dirigido por el doctor Vicente
Martínez Vizcaíno, muestra además que ha bajado el porcentaje de obesidad, pero
ha aumentado el número de escolares con bajo peso y han aparecido diferencias
de estatura según el nivel socioeconómico familiar.
"En España hemos visto que la frecuencia de sobrepeso y
obesidad ha caído del 35% a un 21 o 22% dependiendo del género, pero esto que
es una buena noticia se descompensa con una mala que es que el bajo peso ha
crecido del 9,7% en niños nacidos en el 2000 al 20% niños nacidos en
2007", explica.
En cualquier caso, considera que la epidemia de obesidad
infantil debe valorarse más allá de la ingesta calórica. Así, este estudio ha
demostrado que los que más comen, son precisamente los niños más delgados,
hasta 200 calorías más diarias de media que los niños con sobrepeso; y que los
niños con bajo peso ingieren, por kilogramos de peso, más hidratos de carbono,
que los de sobrepeso.
A la pregunta del cuál es el motivo, la respuesta enfrenta a
la genética con los factores ambientales y otros motivos como pueden ser el
gasto energético. "La expresión de los genes relacionados con la obesidad
se puede modificar a través de la actividad física. Además la actividad física
en edades precoces puede diferenciar células madre pluripotenciales a masa
magra y así aumentar el metabolismo basal, es decir el consumo de energía del
organismo, de por vida", ha señalado.
Pero, más allá de esta respuesta, destaca que "a los 6
años hay una parte de sobrepeso o bajo peso definida que viene probablemente
determinado por la conducta física que se hace hasta esa edad". Este es
uno de los motivos que llevan a pensar en una necesaria intervención temprana
que fomente el desarrollo de actividades físicas de manera rutinaria.
El estudio también muestra que la situación económica de las
familias parece haber afectado a la estatura de los niños, de tal manera que
mientras que en los niños nacidos en 1999-2000 no hay diferencias
significativas en su estatura según el nivel socioeconómico de sus padres,
entre los niños de 4 a 6 años en el año 2013, y que por tanto habían nacido en
2007-2008, hay hasta casi 5 centímetro de diferencia en su estatura dependiendo
de que el estatus socioeconómico de sus familias sea alto o bajo.
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