sábado, 21 de febrero de 2015

EL PROPIO SEMEN PROTEGE AL VIH DE LOS ANTIVIRALES




Hasta la actualidad , los geles vaginales o anales no funcionaban con antivirales en humanos como en antelación si lo hacían en el laboratorio.
 De hecho, 30 años después de la aparición del sida, no hay ni un microbicida en el mercado. Un estudio que publica Science Translational Medicine explica por qué los geles no actúan como se esperaba.
 Y la respuesta está en la  composición del semen.




El semen  contiene unas fibras de amiloides (unas proteínas) que atrapan a los virus, los concentran y, por tanto, aumentan su infectividad.

La comparación de  la infección en células humanas cuando se las exponía directamente al VIH o se las ponía en contacto con semen que tenía el virus en presencia de un microbicida. El resultado es que la tasa de infección de el semen con el virus en contacto de un microbicida llega a multiplicar por 10 con respecto a la del primero.

En una segunda parte se comparó lo que ocurría con células expuestas directamente al virus y otras en presencia del esperma producido por hombres con una obstrucción de los conductos seminales. El resultado fue los microbicidas tenían la misma tasa de éxito, y la infectividad era igual.
Científicos apuntan que esto puede suponer un cambio en los ensayos de estos tratamientos: para mejorarlos tendrían que actuar no solo contra el VIH, sino también contra las fibras de amiloides que los agrupa.

Los microbicidas  están formados por cremas o geles que contienen antivirales  y su objetivo es que anulen el virus antes de que se implante en las mucosas del receptor, que  junto a las vacunas, son  los dos grandes retos pendientes en la investigación del VIH. 
Solo los Microbicidas tiene registrados 24 ensayos de estas sustancias, bien solas o bien dispensadas mediante anillos como los antivaginales.
Pero, pese a los 20 años de investigación, todavía no hay ninguno en el mercado. Y eso que su potencial es enorme para personas cuyas parejas estén infectadas o que teman que lo estén, pero que, por sus circunstancias —violencia, cuestiones culturales—, no puedan negociar el uso del preservativo. Hay varios ensayos ya en sus últimas fases , pero aún no han concluido las pruebas.

Webgrafía:http://elpais.com/elpais/2014/11/12/ciencia/1415807634_335459.html

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