El análisis del ADN del fósil de Kostenki 14 o K14,, ha revelado que los ancestros de los primeros europeos sobrevivieron a la última glaciación. Las piezas básicas del genoma europeo moderno son, por tanto, más antiguas de lo que pensaban los científicos. Su origen se remonta al Paleolítico Superior, hace entre 50.000 y 100.000 años.
Esto traza un calendario más detallado de la historia de los primeros europeos, que aún sigue sin estar del todo escrita. Según los nuevos hallazgos, las tierras de Europa fueron colonizadas durante 30.000 años por una única ‘metapoblación’ formada por cazadores y agricultores del Paleolítico, que
superaron la última glaciación.
Los 'abuelos' de los humanos modernos salieron de su tierra original, en África, y se dispersaron por Eurasia. Después de mezclarse con neandertales –en un encuentro que el nuevo estudio data hace 54.000 años– la población ancestral enseguida se habría dividido en “por lo menos” tres grupos iniciales (desde Eurasia occidental, Asia oriental y un linaje desconocido), cuyos descencendientes desarrollarían toda la diversidad de rasgos que hoy puebla Europa. Esa separación sucedió hace menos de 36.000 años.
Cada grupo tuvo una trayectoria propia, se mezclaron los unos con los otros en función de sus distribuciones geográficas, y estas seguían su propia dinámica en función de los efectos de la última glaciación en los ecosistemas de Eurasiaa.
El análisis genético de K14 demuestra que antes de que él viviera, los ancestros de los europeos modernos ya se habían separado de los otros grupos, y que a partir de entonces se formó la metapoblación europea, en la cual pequeños grupos de cazadores se expandieron, colonizaron nuevos territorios, se aislaron, adquirieron algunas características propias, y luego se extinguieron o se volvieron a mezclar con otros grupos de europeos.
Este proceso creó periodos de unidad cultural sobre espacios inmensos que acabaron durante el último máximo glacial. En este periodo, algunas poblaciones pudieron sobrevivir a la fase climática extrema y seguir acumulando sus características genéticas. Ejemplo de ello son los pueblos mesolíticos de Europa.
Según los análisis, el ADN de K14 era similar a un chico de 24.000 años de edad hallado en el centro de Siberia, que pertenecía a los europeos del Mesolítico. Pero además, K14 compartió muchas variantes de genes con los granjeros europeos del Neolítico y de poblaciones contemporáneas de Oriente Medio.
UN ÚNICO ENCUENTRO CON NEANDERTALES
El análisis de K14 recoge además otras informaciones. Según el estudio, el genoma de K14 sugiere que hubo “un único momento de mezcla en el cual nuestros ancestros
tuvieron individuos neandertales dentro de su grupo”. K14 pudo albergar cerca del 1% más de ADN neandertal que los humanos modernos. Esto se debe a que los genes no tuvieron tanto tiempo para combinarse después del cruce entre neandertales y humanos.
Los resultados muestran una compleja imagen de la colonización de Europa por los humanos y sugieren que las contribuciones genéticas de los primeros euroasiáticos a las poblaciones modernas europeas no llegaron a través de diversos eventos migratorios desde Asia hacia Europa, sino por un flujo de genes procedente de varias direcciones.
Fuentes:
http://www.agenciasinc.es/Multimedia/Fotografias/Los-ancestros-de-los-primeros-europeos-sobrevivieron-a-la-ultima-glaciacion
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