El genoma más antiguo de nuestra especie aclara el cruce con los neandertales
Los restos de un 'Homo sapiens' que vivió en Siberia hace 45.000 años permiten concretar que ambos homínidos tuvieron hijos hace unos 55.000 años.
La historia de nuestra especie es como un queso suizo. Desde la aparición del Homo sapiens
en África hace unos 250.000 años, nuestras peripecias por el mundo son
un compendio de partes alimenticias y agujeros llenos de nada. Gracias a
los restos humanos que se han encontrado hasta la fecha, hay épocas en
las que conocemos cómo vivían nuestros ancestros, con qué animales
lidiaban e incluso con qué otras especies tuvieron hijos. Luego hay
agujeros que abarcan decenas de miles de años de los que desconocemos
casi todo. Es como si cerrásemos los ojos un día cualquiera de los
felices años veinte y al abrirlos estuviésemos en el Berlín arrasado de
1945.
Hoy un viejo hueso encontrado en Siberia llena uno de los agujeros de
ese queso. Se trata del fémur renegrido de un hombre de edad desconocida
que vivió hace 45.000 años, los restos más antiguos de nuestra especie
que se han encontrado y datado de forma directa en Europa y Asia, según
sus descubridores. Un equipo de investigadores en Alemania, Rusia,
España, Francia, EEUU, Canadá y Reino Unido ha logrado secuenciar el
genoma completo de aquel individuo y aclarar episodios importantes en
nuestra historia, como la fecha aproximada del cruce con los neandertales,
el origen de la división que dio lugar a los asiáticos y los europeos o
incluso el menú de nuestros ancestros poco después de que llegasen a
Europa desde África.
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