Hace unos
años científicos de la Universidad Estatal de Nueva Jersey (EE.UU.) lograron
obtener de los hielos de la Antártida virus y bacterias que
llevaban más de ocho millones de años congelados. Estos virus fueron
'despertados' en un laboratorio. Este trabajo, afirman los científicos, no fue
nada sencillo. Y es que además de la dificultad de extraer los bloques de hielo
y transportarlos al laboratorio sin romper la cadena de frío, los cultivos
tardaron más de 70 días en replicarse, señala un artículo publicado en el
portal 'Cienciaxplora'.
El
experimento ha llevado a muchos a plantearse si es posible entonces que una
enfermedad mortal, que ya dejó de existir pero que se halla aún en
microorganismos de la Antártida, vuelva a aparecer debido al cambio climático y
pueda incluso causar una pandemia mundial. La respuesta es: teóricamente sí, pero
en la práctica es realmente complicado que algo así suceda.
"Los datos nos indican que sí es posible que un virus (bacteria, hongo,
protozoo, etc.), que ha estado congelado miles de años pueda provocar una
infección", explicó el microbiólogo español Guillermo Quindós Andrés a
'Cienciaxplora'.
Sin embargo, subrayó, que para que un virus entre en una célula, es necesaria
una correlación que él denomina 'llave-cerradura' entre moléculas del virus
(llave) y del huésped (cerradura). Hay virus que tienen una llave que es
capaz de abrir muchas cerraduras de células procariotas (bacterias) y
eucariotas (humanas, de otros animales, plantas, hongos, protozoos), pero otros
únicamente cuentan con la llave para especies muy concretas, apuntó.
Además, existen factores en el medioambiente, como la luz solar o la
temperatura, que pueden afectar o incluso destruir al virus o a
su genoma.
"Los virus necesitan una célula para replicarse. Son parásitos estrictos.
Si no hay célula el virus está muerto o latente y a expensas de cómo le pueda
influir el ambiente al que esté expuesto", agregó el microbiólogo.
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