Hay un segundo grupo de enfermos, que se encuentran controlados en un entorno hospitalario, que, por ejemplo, después de haber sufrido un traumatismo craneoencefálico, tienen un pronóstico fatal pero no cumplen las condiciones de la muerte cerebral. Una vez descartada su supervivencia, cuando la familia lo permite, se procede a retirar las medidas de soporte vital y, tras certificar la muerte por parada cardiaca, se accede a los órganos para donarlos.De los donantes a corazón parado —como se les conoce en la jerga— se pueden obtener otros órganos (riñones, pulmones, hígado), pero no el corazón. En este caso hay dos grupos diferenciados de pacientes. Uno de ellos son las personas que mueren por un fallo cardiaco, como puede ser un infarto, por lo que el corazón es irrecuperable ya que se daña al quedarse sin riego.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/03/27/ciencia/1427479300_106141.html
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