La lepra es una enfermedad infecciosa que afecta primero a la piel y luego al sistema nervioso.Se registran más de 200 mil nuevos casos cada año alrededor del mundo.
París, Francia Con más de 200 mil nuevos casos
diagnosticados cada año en el mundo, la lepra sigue siendo una enfermedad bien
presente en el mundo, cuyas terribles secuelas podrían ser evitadas gracias a
pruebas y tratamientos precoces, según los expertos.
"Es desesperante, no conseguimos ver el final",
subraya el profesor Vincent Jalier, infectólogo francés especializado en la
enfermedad.
"Ante todo, es la enfermedad de la pobreza",
asegura el médico beninés Roch Christian Johnson, recordando que la lepra sigue
golpeando a los países con sistemas sanitarios "débiles" y que afecta
sobre todo a adultos jóvenes que arrastrarán las secuelas durante "toda su
vida".
La cifra de casos anuales detectados ha pasado de un millón
a 300 mil en los últimos veinte años. Desde 2005 se ha estabilizado entre los
200 y los 300 mil, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una cifra
que sigue provocando vértigo.
Causada por una microbacteria transmitida por las vías
respiratorias, la lepra es una enfermedad infecciosa conocida desde la
Antigüedad, pero que desapareció espontáneamente de los países occidentales
paralelamente a la mejora de la calidad de vida y el nivel de higiene.
La enfermedad afecta primero a la piel, después al sistema
nervioso y si no es tratada a tiempo, puede provocar parálisis, mutilación de
los miembros, y ceguera.
Su evolución extremadamente lenta - la incubación dura entre
uno y diez años, a veces más - hace que sea una enfermedad difícil de controlar
en una veintena de países pobres, en el sur de Asia, África o América Latina,
donde es endémica.
La detección precoz como arma
Según la OMS, India es el país más afectado (con más de 127
mil casos en 2013), seguido de Brasil (31 mil), Indonesia (cerca de 17 mil) y
dos países africanos, Etiopía y República Democrática del Congo (entre 3 mil
500 y 4 mil nuevos casos).
Desde 1995, la OMS ofrece gratuitamente a los países pobres
tratamientos que combinan tres antibióticos, lo que ha permitido a entre 15 y
16 millones de personas recuperarse. De ellas, no obstante, entre un 20 y un
30% padece minusvalías definitivas.
En ausencia de una vacuna eficaz, la detección precoz es la
única arma actual para limitar sus secuelas, según los especialistas.
"La lepra puede ser totalmente curada si se interviene
cuando sólo hay manchas cutáneas. Cuando los nervios ya están afectados es otro
asunto", precisa el doctor Francis Chaise, cirujano de la mano y de los
nervios periféricos.
El problema sigue siendo diagnosticar en las zonas más
pobres, que con frecuencia son además de difícil acceso.
Para el doctor Jarlier, "habría que volver cada año
para detectar rápidamente a los nuevos enfermos en fase de incubación, que pueden
contaminar a su entorno" al no saber que portan la enfermedad. El otro
gran desafío es el diagnóstico bacteriológico, que sólo puede hacerse a través
de pruebas muy complejas.
Con motivo de la 62ª Jornada Mundial de la Lepra, - que se
celebra el último domingo de enero -, las asociaciones de lucha contra esta
enfermedad movilizarán este fin de semana a miles de voluntarios para colectar
fondos.
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