Un nuevo eslabón entre ''gusanos'' primitivos y artrópodos.
Un primitivo y raro fósil de hace 520 millones de años ha sido
recuperado en el yacimiento cámbrico de Murero (Zaragoza) que arroja luz
sobre la evolución de los gusanos primitivos dotados de patas, ha
informado la Universidad de Zaragoza (UZ), que ha participado en este
hallazgo.
Este "relevante hallazgo" aporta información sobre el problema de la
evolución y filogenia del ancestral grupo de los xenúxidos, que son los
gusanos primitivos dotados de patas, y que se encuentran en la raíz del
origen de los artrópodos, el grupo animal más diverso que existe en la
biosfera actual.
El hallazgo fue realizado por un equipo de investigadores del Instituto
Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA)
de la Universidad de Zaragoza, la Universidad de Valencia y el Instituto
Geológico de Moscú.
El fósil representa un género desconocido que ha recibido el nombre de
'Mureropodia apae' en alusión a la localidad del hallazgo y a las
numerosas patas que tiene, según sus descubridores José Antonio Gámez,
Eladio Liñán y Andrey Zhuravlev, que lo han publicado como un capítulo
del libro "Evolutionary Biology".
El único espécimen encontrado ha sido depositado por la Dirección
General de Patrimonio en el Museo Paleontológico de la Universidad de
Zaragoza, donde será expuesto al público en un futuro.
Esta nueva especie de gusano está considerado como un animal del grupo
extinto de los Xenéxidos y nos ilustra sobre cómo eran las formas
intermedias entre los "gusanos" primitivos dotados de patas y los
artrópodos, dice una nota de la UZ.
Sus caracteres lo representan como una especie de animal "puzzle" que
posee cuerpo de gusano cubierto por multitud de diminutas verrugas y por
microplacas de donde salían "pelos" táctiles y quimiorreceptores.
El gusano tiene al menos cinco pares de patas cortas y telescópicas para
una locomoción lenta y provistas de garras para excavar galerías en el
fondo marino, posee una larga trompa o probóscide para detectar y cazar
presas ocultas en el fango.
Está dotado, además, de un sistema digestivo con boca y ano y con
apéndices anteniformes insertados en la parte anterior de la probóscide.
La preservación de este fósil es "tan excepcional" que permite observar
al microscopio haces musculares entretejidos y distribuidos a lo largo
de todo el cuerpo formando un saco dermomuscular, precisa la nota de la
UZ.
En opinión de sus descubridores era un animal "todo terreno", pero mejor
adaptado a vivir y cazar en el medio marino endobentónico subterráneo y
aunque no debía ser demasiado veloz, sí muy eficaz como depredador.
La investigación ha sido financiada por el Ministerio de Ciencia e
Innovación, dentro del Proyecto Murero, dirigido por Eladio Liñán, en el
que también participa el Gobierno de Aragón y el Programa CAI-CONAI
Europa.
Con esta pieza única, el Museo Paleontológico de Zaragoza "refuerza aún
más" su papel de ser uno de los museos más importantes del mundo por su
contenido en fósiles excepcionales relacionados con el evento conocido
como la "explosión de la vida en el Cámbrico".
Éste fue un "hito geológico y paleontológico único en la historia de la
Tierra", por el que la biosfera pasó, en un lapso muy corto de tiempo,
de estar dominada por un mundo microbiano a constituirse en otra con una
estructura ecológica ya moderna donde, como en la biosfera actual, los
animales eran los organismos predominantes y existía la depredación.
Murero es el yacimiento cámbrico conocido como la "capilla sixtina de
los trilobites" por la conservación, abundancia y variedad de estos
fósiles, cuyo número se aproxima a cien especies.
Vía: Noticias de Ciencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario