El país oriental, China, actualmente se encuentra con aspiraciones de alcanzar una ambiciosa meta en su carrera espacial, compitiendo de este modo con Estados Unidos, el líder indiscutido que lleva las riendas de este tipo de operaciones.
Pues ya ha puesto en marcha los planes necesarios para comenzar a darle impulso a una nueva estación espacial propia, poniendo en funcionamiento la tecnología
más avanzada con la que cuentan, avanzando así hacia las nuevas
prácticas en cuanto a las maniobras y cargas de combustible pertinentes
para la situación.
El primer módulo que será transportado hasta las nuevas bases, lleva el nombre de “Tiangong-1”, que se traduce como “palacio celeste”, despegando a las nueve de la noche, estimando que el proyecto será finalizado en el año 2020, aproximadamente.
Siendo una extensión del plan, también despegará un vehículo no
tripulado en el mes de noviembre del presente año, con el fin de
continuar manteniendo el mismo ritmo propulsor de los inicios.
La misión del Tiangong-1 es trazar una órbita
alrededor del planeta, ascendiendo a los 350 kilómetros de distancia,
durante un período de dos años, dando pie a poder recibir acoplamientos
con astronautas.
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