La más vieja evidencia fósil de las uñas de un primate.
Las uñas son, sin duda, un elemento fundamental para proteger la
sensible piel de las puntas de los dedos. Sin embargo, hasta ahora
estaba poco claro desde cuando existen en los primates, una cuestión a
la que científicos de la Universidad de Florida han puesto fecha esta
semana: según sus investigaciones, esas células endurecidas de los dedos
aparecieron en nuestros ancestros hace 55 millones de años, en el
Ecoceno, facilitando así un tacto más sensible y con más posibilidades.
Para llegar a esta conclusión, los paleontólogos de Florida analizaron
la más vieja evidencia fósil de las uñas de un primate que era de muy
pequeño tamaño, lo que desmiente que las uñas surgieron al aumentar el
tamaño del cuerpo. En total, estudiaron más de 25 ejemplares de la
especie 'Teilhardina brandti', un primate extinto que se
describió tras encontrarse un molar, pero del que ya se han encontrado
otros dientes y huesos de sus tobillos que demuestran que era un
mamífero y que vivía en los árboles.
Según el nuevo trabajo, publicado en la revista 'American Journal of
Physical Anthropology', sus uñas permitieron a esta especie de lémur
agarrarse en las ramas y moverse ágilmente de un árbol a otro.
Jonathan Bloch, del Museo de Historia Natural de Florida, lo explica con
claridad: "Con el hallazgo de fósiles del esqueleto de este primitivo
primate hemos probado que las uñas ya estaban presentes en un ancestro
común a los lemures, los monos y los humanos".
En todo caso, el trabajo que firma permite comprender mejor las
relaciones evolutivas de uno de los más antiguos primates modernos que
se conocen, así como el medio ambiente en el que desarrolló las uñas en
manos y pies, una característica única de este grupo.
Vía: Noticias de Ciencia
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