jueves, 12 de enero de 2012


La nube turbulenta en la que nacen las estrellas
La región Cygnus X, en la constelación El Cisne, captada por el 'Spitzer'. |NASA
Mirar el cielo nocturno invita al sosiego y la paz, pero casi todas las estrellas que iluminan la noche surgieron en medio de una gran agitación cósmica, como revelan las 'profundas miradas' de los telescopios espaciales hacia el Universo lejano. El telescopio espacial 'Spitzer', de la NASA, ha captado una de esas nubes de gas y polvo, en la región Cygnus X, donde nacen las estrellas.
Situada en la constelación El Cisne, a 4.500 millones de años luz, se trata de una de las regiones más luminosas en la Vía Láctea (apuntan los astrónomos que no debe confundirse con el agujero negro llamado Cygnus X-1). Con un tamaño superior a un centenar de lunas llenas, es un nido de millares de estrellas masivas, otras del tamaño del Sol y también más pequeñas.
El telescopio 'Spitzer' logró captar, con infrarrojo, la burbujeante zonaen la que se forman las estrellas, esa intensa actividad que se produce en la violenta nube que hay en un nacimiento estelar, en palabras de Joe Hora, del Centro Harvard-Smithsonian para la Astrofísica, autor principal de la investigacion.
En la imagen, se ven las burbujas que salen de las estrellas masivas, que son los pilares de otras nuevas estrellas, y los oscuros filamentos en los que se alinean estos embriones cósmicos.
Los astrónomos creen que casi todas las estrellas nacen en regiones como ésta, de la que luego se alejan a grandes distancias. Es posible, afirman, que nuestro Sol fuera 'empaquetado' con otra estrella desde un lugar tan caótico como Cynus X.

Estas nubes de estrellas en formación se caracterizan por burbujas y agujeros que van tallando la radiación y los vientos de las estrellas supermasivas. Al final, ese material se rompe en fragmentos, dando lugar a nuevos astros. "Queremos saber cómo un proceso tan violento puede llevar a la muerte y al nacimiento de nuevas estrellas", afirma Sean Carey, Carey, miembro del equipo científico del 'Spitzer', en la NASA.
Los instrumentos para ver en el infrarrojo del satélite han abierto a los astrónomos una ventana a esas partes muy polvorientas del Cosmos en las que no entra la luz visible, y por tanto no se podían observar. Gracias a este telescopio, es posible ver estallar a estrellas embrionarias y, en algunos casos, se observa a jóvenes estrellas en pilares de polvo en forma de dedo apuntando a las estrellas masivas.
"Hay evidencias que las estrellas masivas están activando el nacimiento de nuevos en los filamentos oscuros, además de los pilares, pero tenemos aún así más trabajo a hacer", afirma Hora. "Los resultados más importantes aún están por venir", asegura.

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