La nube turbulenta
en la que nacen las estrellas
Mirar el cielo nocturno invita al sosiego y la paz, pero casi
todas las estrellas que iluminan la noche surgieron en
medio de una gran agitación cósmica, como revelan las 'profundas miradas'
de los telescopios espaciales hacia el Universo lejano. El telescopio espacial
'Spitzer', de la NASA, ha captado una de esas nubes de gas y polvo, en la
región Cygnus X, donde nacen las estrellas.
Situada en la constelación El
Cisne, a 4.500 millones de años luz,
se trata de una de las regiones más luminosas en la Vía Láctea (apuntan los
astrónomos que no debe confundirse con el agujero negro llamado Cygnus X-1).
Con un tamaño superior a un centenar de lunas llenas, es un nido de millares de
estrellas masivas, otras del tamaño del Sol y también más pequeñas.
El telescopio 'Spitzer' logró
captar, con infrarrojo, la burbujeante zonaen la
que se forman las estrellas, esa intensa actividad que se produce en la violenta
nube que hay en un nacimiento estelar, en palabras de Joe Hora,
del Centro Harvard-Smithsonian para la Astrofísica, autor principal de la
investigacion.
En la imagen, se ven las
burbujas que salen de las estrellas masivas, que son los pilares de otras
nuevas estrellas, y los oscuros filamentos en los que se alinean estos embriones
cósmicos.
Los astrónomos creen que casi
todas las estrellas nacen en regiones como ésta, de la que luego se alejan a
grandes distancias. Es posible, afirman, que nuestro Sol fuera 'empaquetado'
con otra estrella desde un lugar tan caótico como Cynus X.
Estas nubes de estrellas en
formación se caracterizan por burbujas y agujeros que van tallando la radiación
y los vientos de las estrellas supermasivas. Al final, ese material se rompe en
fragmentos, dando lugar a nuevos astros. "Queremos saber cómo un proceso
tan violento puede llevar a la muerte y al nacimiento de nuevas
estrellas", afirma Sean Carey, Carey, miembro del equipo científico del
'Spitzer', en la NASA.
Los instrumentos para ver en el
infrarrojo del satélite han abierto a los astrónomos una ventana a esas partes
muy polvorientas del Cosmos en las que no entra la luz visible,
y por tanto no se podían observar. Gracias a este telescopio, es posible ver
estallar a estrellas embrionarias y, en algunos casos, se observa a jóvenes
estrellas en pilares de polvo en
forma de dedo apuntando a las estrellas masivas.
"Hay evidencias que las
estrellas masivas están activando el nacimiento de nuevos en los filamentos
oscuros, además de los pilares, pero tenemos aún así más trabajo a hacer",
afirma Hora. "Los resultados más importantes aún están por venir",
asegura.
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