Protegiendo al
planeta ante colisiones de objetos extraterrestres
La Unión Europea ha
decidido invertir en la protección del planeta frente a colisiones de objetos
cercanos a la Tierra (Near-Earth Objects o NEO, por su sigla en inglés), tales
como asteroides o cometas, dentro del marco del programa europeo «NEO-Shield».
Las misiones espaciales de desviación de asteroides ya deberían ser posibles con la tecnología actual, sin embargo éstas todavía han de adaptarse para tal fin. Astrium será el líder industrial de un consorcio de varias organizaciones internacionales encargado de definir los que podrían ser los conceptos básicos en la protección del planeta frente a objetos cercanos a la Tierra. El consorcio recibirá una subvención de 4 millones de euros durante los próximos tres años.
Las misiones espaciales de desviación de asteroides ya deberían ser posibles con la tecnología actual, sin embargo éstas todavía han de adaptarse para tal fin. Astrium será el líder industrial de un consorcio de varias organizaciones internacionales encargado de definir los que podrían ser los conceptos básicos en la protección del planeta frente a objetos cercanos a la Tierra. El consorcio recibirá una subvención de 4 millones de euros durante los próximos tres años.
El núcleo de la actividad del programa NEO-Shield consiste en la preparación de una misión de demostración de mitigación. Uno de los conceptos más prometedores de dicha misión estriba en el llamado «impactador cinético»: una nave espacial se estrella a una altísima velocidad contra el asteroide, de forma que éste sufra un pequeño impulso que trastoque su órbita levemente, pero lo suficiente como para desviarse de su trayectoria original de colisión. Astrium ya había estudiado este concepto hace unos cuantos años por encargo de la Agencia Espacial Europea (ESA), y procederá ahora a su actualización y elaboración.
El aspecto técnico más crítico del impactador cinético radica en la orientación, navegación y control de colisión contra el objeto. El impactador necesita velocidades relativas superiores a 10 km/s y una precisión espacial con un margen de tan solo unos pocos metros. Por esa razón, dos equipos de Astrium trabajarán en paralelo, cada uno con conceptos de su propio acervo. El equipo de Astrium Satellites atesora una vasta experiencia en misiones interplanetarias, mientras que el de Astrium Space Transportation ha demostrado con acierto conceptos basados en la navegación de cohetes y en el ATV, el vehículo carguero espacial europeo.
Este proyecto supondrá la mayor actividad internacional del mundo en este campo, con la participación de instituciones y empresas de toda Europa, Estados Unidos y Rusia.
Astrium se encargará
asimismo de supervisar y coordinar la labor técnica de los socios
internacionales, que se centrarán en otros dos conceptos relacionados con la
desviación de asteroides. El primero está basado en la interacción gravitatoria
entre un asteroide y una nave espacial. La atracción gravitatoria de una nave
espacial llamada «tractor gravitatorio» en las inmediaciones de un asteroide
durante un largo periodo de tiempo causaría el cambio de órbita del asteroide.
El concepto de tractor gravitatorio será investigado por el Instituto Carl
Sagan, de Palo Alto (California), que también lleva a cabo trabajos similares
para la NASA. El concepto alternativo a este sería la deflexión (en vez de la
destrucción) mediante una explosión cercana a la superficie del asteroide. Este
concepto, denominado «deflexión por onda expansiva» será investigado por el
TsNIImash, una institución rusa que también trabaja para la agencia espacial
rusa Roskosmos.
El trabajo del programa NEO-Shield será coordinado desde el Instituto de Planetología de Berlín (DLR). Por lo que respecta a Astrium, este proyecto multisitio involucrará a expertos en Friedrichshafen (Alemania), Stevenage (Reino Unido), Toulouse (Francia), Les Mureaux (Francia) y Bremen (Alemania). Astrium se hará cargo de la mitad de la investigación y del esfuerzo de desarrollo.
Ya han tenido lugar a menudo en el pasado importantes colisiones de asteroides. Entre ellas se encuentra la devastación a escala regional que en el evento de Tunguska, ocurrido hace 100 años, causó un objeto de tan solo unas pocas decenas de metros de diámetro, pero con la energía de 1000 bombas de Hiroshima.
Hace 65 millones de años, otro asteroide colisionó cerca de la Península de Yucatán (México) y con toda probabilidad fue responsable de la extinción de la mitad de todas las especies animales, incluidos los dinosaurios.
La probabilidad de que otro objeto de tal tamaño colisione en los próximos 10.000 años es de cerca del 100 %, pero no sabemos cuándo. De los miles de asteroides ya identificados que cruzan la trayectoria de la Tierra, no se espera que ninguno choque con nuestro planeta en los próximos 100 años. Sin embargo, solo podemos ver una fracción del total real de objetos cercanos a la Tierra.
El trabajo del programa NEO-Shield será coordinado desde el Instituto de Planetología de Berlín (DLR). Por lo que respecta a Astrium, este proyecto multisitio involucrará a expertos en Friedrichshafen (Alemania), Stevenage (Reino Unido), Toulouse (Francia), Les Mureaux (Francia) y Bremen (Alemania). Astrium se hará cargo de la mitad de la investigación y del esfuerzo de desarrollo.
Ya han tenido lugar a menudo en el pasado importantes colisiones de asteroides. Entre ellas se encuentra la devastación a escala regional que en el evento de Tunguska, ocurrido hace 100 años, causó un objeto de tan solo unas pocas decenas de metros de diámetro, pero con la energía de 1000 bombas de Hiroshima.
Hace 65 millones de años, otro asteroide colisionó cerca de la Península de Yucatán (México) y con toda probabilidad fue responsable de la extinción de la mitad de todas las especies animales, incluidos los dinosaurios.
La probabilidad de que otro objeto de tal tamaño colisione en los próximos 10.000 años es de cerca del 100 %, pero no sabemos cuándo. De los miles de asteroides ya identificados que cruzan la trayectoria de la Tierra, no se espera que ninguno choque con nuestro planeta en los próximos 100 años. Sin embargo, solo podemos ver una fracción del total real de objetos cercanos a la Tierra.
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