Investigadores de la Universidad Estatal de Oregón han llevado a cabo un estudio del que se desprende que las comunidades microbianas del océano están cambiando, aunque señala que se desconoce su impacto ambiental a largo plazo.
"Se
está empezando a comprender la diversidad microbiana en los océanos y
cómo afecta al medio ambiente", ha explicado Stephen Giovannoni,
profesor de Microbiología de la Universidad Estatal de Oregón, quien
añade que, "sin embargo, una gran parte del carbono emitido por las
actividades humanas acaba en los océanos, y tanto su masa de agua como
sus procesos biológicos actúan como una herramienta contra el cambio
climático".
A
su juicio, el interés por este tema está creciendo debido a que casi la
mitad de la fotosíntesis en el mundo la realiza el plancton microbiano,
y el proceso de producción del carbono marino, y su consumo, es mucho
más rápido que en la tierra. Según el estudio, que se ha publicado en la
revista "Science",
mientras se calienta la superficie del océano, la evidencia muestra que
llegará a estar más "estratificado", o confinado a capas que se
mezclarán menos de lo que lo hicieron en el pasado.
Esto
debería reducir la productividad global de los océanos, afirma
Giovannoni, pero se sabe tan poco sobre el efecto de los microbios del
océano que las consecuencias del secuestro de carbono y el calentamiento
global no están claras.
Varias
investigaciones de la Universidad Estatal de Oregón sobre los cambios
estacionales de los microbios en el Mar de los Sargazos, en el Océano
Atlántico, sugieren que algunas comunidades microbianas, diferentes y
especializadas, pueden llegar a ser más dominantes cuando el agua se
calienta. Como el calentamiento de los océanos se ha convertido en un
fenómeno global, los investigadores necesitan saber más acerca de estos
microbios para averiguar si su comportamiento ampliará o reducirá el
carbono en la atmósfera, y el efecto invernadero.
"El
calentamiento de las aguas superficiales puede reducir la retención de
carbono, lo que podría provocar un bucle de retroalimentación que
aumentara el calentamiento global", explica Giovannoni, quien añade que,
por otro lado, "otras fuerzas, las bombas de carbono microbiano,
podrían hacer que el carbono se hunda en las profundidades del océano,
alejándolo de la atmósfera durante miles de años. Sabemos que estos dos
procesos existen, pero el hecho de que uno se convierta en dominante es
impredecible, ya que sabemos muy poco acerca de los microbios del océano".
Hace
dos décadas que los científicos de la Universidad Estatal de Oregón
descubrieron el SAR11, un microbio marino y la célula libre más pequeña;
este microbio domina la vida en los océanos, prospera donde la mayoría
de las células morirían, y juega un papel muy importante en el ciclo del
carbono de la Tierra.
La
acción microbiana también sorprendió a los científicos recientemente,
señaló Giovannoni, cuando surgieron poblaciones específicas de microbios
a raíz del derrame de petróleo en la costa del Golfo, limpiando éste
más rápido de lo que se esperaba. Ahora, algunos planes para "fertilizar" el océano y atrapar el carbono atmosférico a través del crecimiento del fitoplancton marino han quedado en suspenso, ya que, simplemente, se desconoce si es esto lo que sucedería.
Para reducir esa incertidumbre, Giovannoni aboga por un desarrollo más agresivo y la aplicación de tecnología marina de vigilancia microbiana en
todo el mundo. Además, según el investigador, los espectaculares
avances de la secuenciación del ADN en los últimos años también podrían
ayudar a los investigadores a desentrañar el misterio de microbios del
océano.
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