En la atmósfera del Sol hay una región fronteriza entre capas que intriga a los científicos y que es importante porque en ella se producen fenómenos clave en la transferencia de energía generada en el interior de la estrella hacia fuera. Esa región emite en su mayoría en ultravioleta, por lo que no se puede estudiar desde la superficie de la Tierra ya que lo impide la atmósfera.
Para investigar con detalle esa transición entre capas, la NASA lanzó al espacio el año pasado un telescopio, el IRIS, cuyos datos están ayudando a los científicos a desvelar los detalles de la gran transferencia de energía en el Sol.
Campos magnéticos retorcidos, chorros de alta energía, pequeñas bombas de plasma a temperaturas superiores a los 100.000 grados centígrados y bucles magnéticos grandes y pequeños son los rasgos que han descubierto varios equipos científicos analizando los datos que ha proporcionado hasta ahora el IRIS.
Campos magnéticos retorcidos, chorros de alta energía, pequeñas bombas de plasma a temperaturas superiores a los 100.000 grados centígrados y bucles magnéticos grandes y pequeños son los rasgos que han descubierto varios equipos científicos analizando los datos que ha proporcionado hasta ahora el IRIS.
De las tres capas principales de la atmósfera solar -la fotosfera, la cromosfera y la corona-, los científicos del IRIS están sobre todo interesados en la transición, en la región intermedia.
Con el telescopio, se está viendo lo compleja que es esa capa intermedia desde el punto de vista de la física solar.
Algunos de los descubrimientos de varios científicos son:
Hui Tian (del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian) y sus colegas han visto pequeños chorros intermitentes ultracalientes, con velocidades de entre 80 y 250 kilómetros por segundo que se originan en pequeñas regiones brillantes en la capa de transición, que duran entre 20 y 80 segundos y que pueden ser una fuente del viento solar.
El equipo de Paola Tesla (también del Smithsonian) ha estudiado los bucles magnéticos en las regiones activas del sol, con partículas aceleradas a muy alta energía.
Hardi Peter (Instituto Max Planck, Alemania) y su equipo han encontrado bolsas de plasma muy caliente en el entorno más frío de la fotosfera, de manera que ese contraste de temperatura crea una especie de bombas de plasma que explotan con mucha más energía de lo que se esperaba y Bart De Pontieu (Laboratorio Solar y de Astrofísica Lockheed Martin) y sus colegas se han centrado en la generación de energía de la cromosfera, mientras que el grupo de Viggo Hansteen ha descubierto bucles magnéticos cortos cuya existencia se ha debatido durante mucho tiempo.
“Con el Sol acercándose a un máximo de actividad, las observaciones del IRIS seguirán siendo importantes para nuestra comprensión del viento solar que emana de las latitudes activas [de la estrella], los estallidos solares y las eyecciones de masa de la corona”, concluye Harra.
Fuentes: www.elpais.com
Fuentes: www.elpais.com
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