¿Modificar el
ADN mediante el ejercicio físico?
En muchos aspectos, el ADN
que heredamos de nuestros progenitores es inalterable aunque intentemos
mejorarlo. Sin embargo, sí puede resultar modificable para bien en algunos
aspectos, según revela un nuevo estudio.
En esta investigación, se ha descubierto que si una persona sana pero sedentaria hace ejercicio físico aunque sea sólo durante unos minutos, esto produce casi de inmediato un cambio sutil pero relevante en su ADN. El estudio también sugiere que la cafeína, presente en el café y en otras bebidas, podría influir básicamente del mismo modo sobre los músculos.
El código genético subyacente en los músculos no cambia con el ejercicio físico, pero las moléculas de ADN quedan alteradas química y estructuralmente de modos muy importantes. Esas modificaciones en lugares específicos del ADN parecen ser un punto de partida hacia una "reprogramación" genética en los músculos que les permite ganar en fuerza y obtener otros de los beneficios estructurales y metabólicos del ejercicio físico.
En esta investigación, se ha descubierto que si una persona sana pero sedentaria hace ejercicio físico aunque sea sólo durante unos minutos, esto produce casi de inmediato un cambio sutil pero relevante en su ADN. El estudio también sugiere que la cafeína, presente en el café y en otras bebidas, podría influir básicamente del mismo modo sobre los músculos.
El código genético subyacente en los músculos no cambia con el ejercicio físico, pero las moléculas de ADN quedan alteradas química y estructuralmente de modos muy importantes. Esas modificaciones en lugares específicos del ADN parecen ser un punto de partida hacia una "reprogramación" genética en los músculos que les permite ganar en fuerza y obtener otros de los beneficios estructurales y metabólicos del ejercicio físico.
Estos cambios en el ADN se conocen como modificaciones epigenéticas, e implican la incorporación o la pérdida de ciertas marcas químicas en el ADN, un parámetro distinto a la ubicación de las "letras" del ADN en el genoma.
El nuevo estudio, a cargo del equipo de la investigadora Juleen Zierath del Instituto Karolinska en Suecia, muestra que el ADN tomado de los músculos esqueléticos de personas después que éstas han hecho ejercicio físico tiene menos marcas químicas (específicamente grupos metilo) que el tomado antes de la sesión de ejercicio. Esos cambios se producen en tramos del ADN que participan en la activación de genes importantes para la adaptación de los músculos al ejercicio físico. Cuando el equipo de Zierath hizo que los músculos se contrajeran en placas de Petri, en el laboratorio, se registró una pérdida similar de grupos metilo en el ADN.
En la investigación, se
constató algo mucho más llamativo: Someter tejido muscular aislado a una
exposición a la cafeína tenía el mismo efecto que realizar ejercicio físico. La
cafeína reproduce la contracción del músculo originada por la actividad física
intensa. Sin embargo, tal como Zierath advierte, esto no significa que ella
recomiende tomar café como un sustitutivo universal de la práctica de ejercicio
físico.
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