lunes, 7 de mayo de 2012


Humedales artificiales, ¿una vía para mitigar el calentamiento global?
Los humedales artificiales creados para reemplazar a los humedales naturales que se perdieron por culpa de la degradación medioambiental o como consecuencia del desarrollo urbano o industrial también son capaces de absorber cantidades significativas de carbono de la atmósfera y por ende reducir potencialmente el calentamiento ocasionado por el efecto invernadero. Así lo sugiere un estudio de 15 años de duración, que es único en su tipo.

Aunque durante el periodo de seguimiento tales humedales artificiales causaron emisiones de metano, las cuales pueden contribuir al calentamiento global, lo cierto es que dichas emisiones han sido menores que las de los humedales naturales.

El equipo de William J. Mitsch, de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos, ha analizado el desarrollo de dos humedales de una hectárea cada uno en Ohio, creados mediante el bombeo de agua del cercano río de Olentangy. Uno de ellos fue poblado con vegetación por el personal del experimento, y al otro se lo dejó desarrollar por vías naturales.

Los resultados de este análisis se han hecho públicos recientemente a través de la revista académica BioScience, del Instituto Estadounidense de Ciencias Biológicas.

Dichos resultados indican que con el paso del tiempo los humedales sembrados y los no sembrados difirieron principalmente en la variedad de las plantas presentes y en cuánto gas intercambiaban con la atmósfera.

El humedal plantado mostró más variedad, pero el otro absorbió más carbono de la atmósfera.

Sin embargo, se estima que las emisiones de metano del humedal no sembrado, a diferencia del otro, contribuyeron levemente a un ligero calentamiento neto por el efecto invernadero.

Ambos humedales artificiales, sin embargo, eliminaron grandes cantidades de nitrógeno y fósforo del agua fluvial que se les suministraba. Las emisiones de óxido nitroso, que también pueden contribuir al calentamiento, fueron pequeñas.

La biodiversidad sólo se estabilizó después de aproximadamente cinco años, y la cantidad de carbono retenido en el suelo continuó aumentando durante todo el período de estudio.

Este programa piloto con los dos humedales puede resultar útil como un modelo a seguir en proyectos futuros de recuperación o reemplazo 

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