Lo fundamental del descubrimiento, señalan los investigadores alemanes, es que significa un progreso notable hacia el objetivo de comprender los patrones meteorológicos en otros sistemas planetarios. Y las atmósferas de las enanas marrones son muy similares a las de los grandes exoplanetas gaseosos calientes, por lo que la investigación de las comparativamente más fáciles de observar se puede avanzar en el conocimiento de esos planetas, añade el ESO. Las enanas marrones son más fáciles de ver porque no están junto a las estrellas que con su luz deslumbran a los astrónomos, como los planetas.
“Lo emocionante de todo esto es que es solo el principio. Con la próxima generación de telescopios, y en particular con el E-ELT [el futuro observatorio europeo de 39 metros de diámetro] probablemente veamos mapas de la superficie de enanas marrones más lejanas y, tal vez, de un planeta gigante”, comenta Biller.
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