Una nueva investigación arroja sorprendente luz acerca de la misteriosa muerte del faraón, al tiempo que apunta a que su momia sufrió una combustión espontánea
El doctor Chris Naunton, director de la Sociedad de Exploración de Egipto, acaba de dar a conocer los resultados de su última investigación sobre la muerte de Tutankamón y las principales conclusiones resultan sorprendentes.
En primer lugar, que el faraón habría muerto en un accidente «de tráfico» y en segundo, que su cuerpo sufrió una combustión espontánea después de ser embalsamado.
Con respecto al fin del misterio que rodea el fallecimiento, Naunton ha trabajado con el Cranfield Forensic Institute, especializados en accidentes tráfico y que recrean por ordenador simulaciones de accidentes entre carros. Realizaron una «autopsia virtual» y hallaron que lesiones en un lado de su cuerpo se correspondían con uno de estos accidentes.
En concreto, con que un carro atropellara al faraón mientras estaba de rodillas, rompiéndole las costillas y la pelvis, y aplastando su corazón. De este modo, la investigación también arroja luz a otro de los misterios de la momia, el de por qué era la única de un faraón que no conservaba el corazón.
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