Bacterias que
viven entre los hielos de los glaciares polares
La parte inferior de un
glaciar no es el lugar más hospitalario de la Tierra, pero al menos dos tipos
de bacterias viven allí sin dificultades especialmente severas. Una
investigación ha permitido averiguar cómo lo consiguen y de qué modo les llegan
los nutrientes. Microorganismos comparables podrían vivir en Marte hoy en día.
Las bacterias (Chryseobacterium y Paenisporosarcina) fueron recolectadas en glaciares de dos lugares de la base de la capa de hielo oriental de la Antártida.
El estudio lo ha llevado a cabo el equipo de la microbióloga Corien Bakermans de la Universidad Estatal de Pensilvania en Altoona y el geólogo Mark Skidmore de la Universidad Estatal de Montana.
Las bacterias mostraron signos de respiración en un ambiente de hielo creado en el laboratorio que fue diseñado para imitar lo más fielmente posible las temperaturas y el contenido de nutrientes encontrados en la parte inferior de glaciares del Ártico y la Antártida.
Se determinó el nivel de respiración midiendo la cantidad de dióxido de carbono en el hielo generado en el laboratorio.
Las bacterias (Chryseobacterium y Paenisporosarcina) fueron recolectadas en glaciares de dos lugares de la base de la capa de hielo oriental de la Antártida.
El estudio lo ha llevado a cabo el equipo de la microbióloga Corien Bakermans de la Universidad Estatal de Pensilvania en Altoona y el geólogo Mark Skidmore de la Universidad Estatal de Montana.
Las bacterias mostraron signos de respiración en un ambiente de hielo creado en el laboratorio que fue diseñado para imitar lo más fielmente posible las temperaturas y el contenido de nutrientes encontrados en la parte inferior de glaciares del Ártico y la Antártida.
Se determinó el nivel de respiración midiendo la cantidad de dióxido de carbono en el hielo generado en el laboratorio.
Los niveles de dióxido de carbono en este hielo, que acogía a las bacterias, indicaron que la respiración tenía lugar a temperaturas que oscilaban entre 33 grados centígrados bajo cero y 4 bajo cero.
La tasa de respiración de
los microbios aumentaba conforme se elevaba la temperatura. Aunque las tasas de
respiración de las bacterias son lentas en comparación con la respiración
humana, los microbios pudieron sobrevivir y conservar su estructura celular en
todo el rango de temperaturas observado.
Las bacterias de este experimento obtienen energía del acetato. De un modo comparable en ciertos aspectos a la respiración humana, los microbios absorben las moléculas, extraen energía de ellas, y expulsan dióxido de carbono como producto de desecho.
Parece que donde mejor se desarrollan estas bacterias es en las grietas y hendiduras del hielo. Las fisuras en el hielo crean canales que permiten que circulen el agua y los nutrientes. Resulta difícil el intercambio de nutrientes en el hielo. Pero parece que estos canales dan a los microbios acceso a estos nutrientes.
Lo descubierto en este estudio podría ser aplicable a la búsqueda de vida en planetas del tipo de Marte, tal como comenta Bakermans, ya que algunos lugares de Marte se encuentran en el mismo rango de temperaturas existente durante el experimento.
Las bacterias de este experimento obtienen energía del acetato. De un modo comparable en ciertos aspectos a la respiración humana, los microbios absorben las moléculas, extraen energía de ellas, y expulsan dióxido de carbono como producto de desecho.
Parece que donde mejor se desarrollan estas bacterias es en las grietas y hendiduras del hielo. Las fisuras en el hielo crean canales que permiten que circulen el agua y los nutrientes. Resulta difícil el intercambio de nutrientes en el hielo. Pero parece que estos canales dan a los microbios acceso a estos nutrientes.
Lo descubierto en este estudio podría ser aplicable a la búsqueda de vida en planetas del tipo de Marte, tal como comenta Bakermans, ya que algunos lugares de Marte se encuentran en el mismo rango de temperaturas existente durante el experimento.
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