martes, 13 de diciembre de 2011

Los agujeros negros, devoradores capaces de regenerar el universo


Esta semana se han descubierto dos nuevos agujeros negros. El mayor de ellos tiene el tamaño de una galaxia completa y una masa equivalente a la de 18.000 millones de soles.

Los hay de muchos tipos: gigantes, de tamaño estrella o microscópicos (conocidos como agujeros de gusano). Todos tienen características en común: son negros, no emiten ningún tipo de radiación y su gravedad es tan fuerte que ejerce su acción incluso sobre los rayos de luz. Nada puede escapar a su fuerza.



Se piensa que el centro de cada agujero negro hay un punto denominado ‘singularidad’, una rotura del espacio-tiempo. Si es así puede dar lugar a una nueva física. Un atajo cósmico para, por ejemplo, viajar a través del espacio o del tiempo.

Los más grandes de todos han sido encontrados en los centros de galaxias activas, son el motor de la propia actividad galáctica. Sumideros espaciales, remolinos que acaban devorando las estrellas cercanas. Pero no son sólo destructivos, son elementos fundamentales en el universo, generadores de movimiento y de vida.

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