sábado, 22 de marzo de 2014

EL SUPERCHILE

Un grupo de científicos mexicanos y chinos trabajan en la búsqueda del superchile.

Desde 2012, investigadores de los dos países están secuenciando el genoma de distintos tipos de chile, su mapa genético, para conocer mejor su naturaleza y saber cómo crear variedades perfeccionadas.




La raíz del proyecto está en México, en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV). El doctor Rafael Rivera Bustamante, miembro de este centro y del equipo chinomexicano, explica que en el CINVESTAV llevan más de 15 años estudiando el chile. En 2011 empezaron un plan de "transcriptómica" de esta planta y un año después los científicos chinos, que vieron en Internet lo que estaban haciendo, los contactaron para trabajar juntos. Ahí se formó una alianza natural entre los dos principales productores mundiales de chile: el primero, China (entre nueve y diez millones de toneladas al año), y México, segundo con más de dos millones.

Conocer la información base del chile debe servir, en primer lugar, para mejorar los cultivos comerciales. Hacerlos más resistentes a las plagas y a las sequías. También manipular su grado de picante según la resistencia de los paladares.

Rivera Bustamante afirma que la genómica puede contribuir a desentrañar incógnitas del chile, una planta que tiene su origen en la zona andina de Bolivia y que luego fue domesticada en Mesoamérica. El científico cuenta que en esta región se han encontrado en cuevas y en otros lugares residuos de chile de 6.500 años de antigüedad. "Entonces, nuestros ancestros ya estarían consumiéndolo desde esa época", dice el doctor. 6.500 años enchilados

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