martes, 12 de mayo de 2015

SE TRANSPLANTAN LOS DOS BRAZOS A UN HOMBRE QUE LOS HABÍA PERDIDO

Will Lautzenheiser, que perdió sus cuatro extremidades por una infección, ha recibido dos brazos nuevos de un donante y se esta planteando transplantarle también las dos piernas.




Cuando Will Lautzenheiser abrace a sus seres queridos estas navidades lo hará con los brazos de otra persona. Será un doble milagro, puesto que hasta hace dos meses no tenía brazos. Hoy no sólo los tiene, sino que además es capaz de mover levemente el pulgar izquierdo y el codo derecho de unos brazos que no son con los que nació.








Lautzenheiser es una de la docena de personas en el mundo -entre ellos, un español- que ha recibido un doble trasplante de brazos. En 2011 sufrió la amputación de sus cuatro extremidades tras sufrir una infección bacteriana que causó daños irreversibles en sus tejidos. Tras sobrevivir a la infección y a pesar del elevadísimo coste, Lautzenheiser se enfrentó a la adversidad con determinación hasta el punto de ser capaz de realizar por si solo tareas cotidianas como comer, escribir o usar el teléfono, aunque obviamente necesitaba ayuda para casi todo lo demás. Hoy su vida ha vuelto a cambiar radicalmente.

En octubre, un equipo médico de 35 personas, entre ellas 13 cirujanos, intervino a Lautzenheiser durante casi nueve horas para implantarle los dos brazos de una persona recién fallecida. El resultado es tan impresionante que el hospital Bringham and Women's Hospital, un centro asociado a Harvard, convocó la semana pasada una rueda de prensa para demostrarlo y dar las gracias a la familia del donante.

Lautzenheiser mostró cómo era capaz de doblar el codo izquierdo de su nuevo brazo, si bien sólo ligeramente. “Antes no tenía nada, así que es increíble” exclamó emocionado. “Si me concentro lo suficiente soy capaz de mover el pulgar izquierdo muy ligeramente, unos milímetros”, dijo.

El paciente fue seleccionado para esta operación tras un largo proceso de búsqueda de candidatos. Tras seleccionarlo, el hospital comenzó a rastrear un posible donante. El proceso resulta complicado porque el donante debe ser compatible inmunológicamente y además cumplir toda una serie de requisitos referentes a tamaño de las extremidades, estado de los vasos sanguíneos, historial médico y un largo etcétera. Una vez que se encuentra a un posible donante el tiempo es un factor crítico.

“Disponemos tan solo de unas cuatro horas desde que desconectamos los vasos sanguíneos del cuerpo del donante hasta que los implantamos en el receptor. Por eso necesitemos tantos cirujanos trabajando al mismo tiempo, para hacerlo lo más rápidamente posible”, explicó Simon Talbot, profesor de cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y líder del equipo médico que operó a Lautzenheiser. “En lo tocante a cirugía, la operación ha salido tan bien como se puede llegar a lograr”.

Página de referencia: http://elpais.com/elpais/2014/12/06/ciencia/1417888316_503276.html

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