sábado, 23 de mayo de 2015

EL PRIMER BEBÉ DE ÚTERO DE DONANTE FALLECIDA PODRÍA NACER EN TRES AÑOS



Más de 1.000 expertos de hasta 54 países se reúnen para asistir al VI Congreso del Instituto Valenciano de Infertilidad sobre medicina reproductiva. Entre ellos destaca Mats Brännström, el médico que lideró la intervención que hizo posible el primer nacimiento tras un trasplante de útero, un método que se ha presentado como relativamente efectivo contra el factor de infertilidad uterino absoluto.




  La sociedad española demanda cada vez más tratamientos de fertilidad. Desde que esta especialidad diera sus primeros pasos, el objetivo de lograr el embarazo se ha completado con otro más amplio: tratrar de eliminar enfermedades genéticas y otros transtornos que impiden el nacimiento de un niño sano o que supongan el riesgo de desarrollar una enfermedad en el futuro.

   La genética de la reproducción y la medicina regenerativa, son soluciones a la transmisión de patologías y a la infertilidad, son dos de los temas centrales del evento. Otras de las cuestiones tratadas son los avances en el tratamiento de la endometriosis y el trasplante de útero.

  Mats Brännström, investigador del departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Goteburgo (Suecia), es una de las estrellas de la conferencia tras lograr, el pasado mes de septiembre, el primer nacimiento tras un trasplante de útero: un bebé varón nacido en la semana 31 por un problema de preeclampsia materna.

  Según ha señalado, "hoy ya son tres las gestaciones a término y una en curso ahora mismo se encuentra en la semana 26 con esta técnica". Brännström ha mostrado su satisfacción por los resultados obtenidos hasta el momento "ya que se trata de un procedimiento muy complicado”.

  En 2013 él y su equipo extrajeron nueve úteros de donantes vivas para trasplantar a ocho mujeres que habían nacido sin útero y a una mujer a la que se le había extirpado tras un cáncer de cérvix. Dos de las pacientes tuvieron problemas durante los primeros meses, las otras siete recibieron la transferencia embrionaria tras mostrar menstruaciones regulares dos meses después del trasplante.

  Tras este nacimiento, hubo otros dos más, también dos abortos, otro embarazo en curso y solo una paciente sufrió un fallo de implantación tras cuatro transferencias embrionarias. En el caso de la primera mujer que consiguió dar a luz, el equipo sueco decidió extirparle el útero, debido a que al tener solo un riñón, consideraron que la medicación inmunosupresora necesaria para mantener el trasplante podría suponer un riesgo.

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