miércoles, 3 de diciembre de 2014

EL GENOMA MÁS ANTIGUO DE NUESTRA ESPECIE ACLARA EL CRUCE CON LOS NEANDERTALES


Desde la aparición del Homo Sapiens en Africa hace unos 250.000 años, nuestras peripecias por el mundo son un compendio de partes alimenticias y agujeros llenos de nada.Gracias a los restos humanos que se han encontrado hasta la fecha, hay épocas en las que conocemos como vivían nuestros ancestros, con que animales lidiaban e incluso con que otras especies tuvieron hijos. Luego hay decenas de miles de años de los que desconocemos casi todo.
Los restos del fémur de un Homo sapiens encontrado en Siberia y que vivió hace 45.000 años han permitido a un equipo de investigadores en Alemania, Rusia, España, Francia, EEUU, Canadá y Reino Unido, secuenciar el genoma completo de aquel individuo y aclarar episodios importantes de nuestra historia, como la fecha aproximada del cruce con los neandertales, el origen de la división que dió lugar a los asiáticos y los europeos o incluso el menú de nuestros ancestros poco después de que llegasen a Europa desde África.
La dieta que consumimos deja una marca en los huesos. Se trata de una determinada proporción de isótopos de carbono y nitrógeno que indican que comía una persona de 5 a 10 años antes de su muerte. El médico e historiador español Domingo Salazar-García ha sido el responsable de analizar los isótopos del fémur hallado en Rusia. Los datos obtenidos de la investigación apuntan a que los humanos modernos supieron adaptarse bien a su nuevo entorno en Eurasia y tener una dieta variada, lo que puede explicar en parte por qué acabaron teniendo éxito y sobrevivieron, al contrario que los neandertales.
El genoma de aquel hombre, el más antiguo que se ha obtenido de nuestra especie permite comparar mucho mejor a los humanos que vivían en Europa en aquellos tiempos: sapiens, neandertales y un tercer grupo conocido como denisovanos. El descubrimiento también ha permitido afinar la fecha en la que los Homo Sapiens y los neandertales se cruzaron teniendo descencdencia fértil, el cruce entre ambas especies sucedió hace unos 55.000 años.
El individuo de Siberia parece más emparentado con los actuales europeos y asiáticos que con los africanos, lo que indica que perteneció al grupo humano que abandonó Africa y llegó hasta Europa. Puede decirse que era el ancestro de todos los europeos y asiático, explica el paleoantropólogo Caerles Lalueza-Fox. El investigador también encuentra posible la hipótesis sobre la dieta de los primeros humanos modernos de Europa. "Una de las cosas que siempre se encuentran en yacimientos de humanos modernos son arpones de hueso en zonas donde no había mar, lo que nos indica que pescaban; es algo que nunca se ha hallado en asentamientos neandertales", apunta.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/10/22/ciencia/1413996522_421044.html

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